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España España · caceres
Voto de Lentorro:
10
Drama Un soldado y unos niños huérfanos recorren Japón durante la posguerra. Los avatares del camino les significarán tanto una aventura de supervivencia como una lección hacia la madurez. (FILMAFFINITY)
9 de mayo de 2020
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Un grupo de muchachos desarrapados que viven bajo la “protección” de un cojo se encuentran con un soldado huérfano que no tiene a dónde ir una vez terminada la IIGM. La película nos cuenta la humilde epopeya de este grupo pintoresco en busca del destino final, la “Torre de la introspección”, que nombra por cierto otra película del director de unos años antes.

Destaca en esta historia tan natural como desgarradora la sencillez de todo: de los niños actores (no profesionales, al parecer verdaderos huérfanos), de la historia que huye de los giros innecesarios y las complicaciones artificiosas. La puesta en escena es noble y sencilla igualmente, y sin embargo rica, dinámica y llena de sentido, sobre todo en el tratamiento de los exteriores. Al contrario de lo que es habitual, da la sensación de que Shimizu disfruta enormemente rodando en la naturaleza. La escena de la subida a la montaña, además de inolvidable y desgarradora, es de una belleza y una cinematografía superlativas.

Y lo mismo la visita a Hiroshima. Y los caminos. Y los camiones. Y el niño que llama a su madre...

No hay buenos ni malos, solo situaciones que conducen a conductas. Los códigos morales parecen dormidos, pero queda la integridad incólume del soldado que manifiesta por ejemplo en el valor de una promesa, como dejar el tabaco. Y con eso y una buena disposición colectiva debe comenzar la reconstrucción animosa de un país absolutamente desgarrado.

Devastación e integridad, belleza y estilo.Humanidad y comunidad. También cierta ingenuidad, que entre tanta barbarie que reflejan ruinas y cementerios, se convierte sin embargo en bálsamo.
Lentorro
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