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Voto de Reaccionario:
2
15 de marzo de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pregunto, ¿cómo se puede hacer algo tan ridículo como esta "Resplandor en la oscuridad" de algo tan serio, tan épico y tan grandioso como la Segunda Guerra Mundial? Por suerte me reconforta que en su momento, 1992, la presente se llevara tres premios razzies de lo más merecidos, a peor película, peor dirección y peor actriz principal. Pero en vez de tomar nota, pasados los años, las nuevas generaciones la reivindican, en este sentido las críticas aquí son mayormente bastante buenas. No me extraña, por lo tanto, que el cine que se viene rodando desde hace ya tiempo sea tan malo. Pero yo voy a seguir buscando culpables de este despropósito. La primera, la autora de la novela homónima en la que se basa la presente, Susan Isaacs, que aunque no es tan disparatada como su versión cinematográfica, tiene pinta de novelón rosado absurdo del que poco jugo se puede sacar. Yo del trabajo de David Selzer lo único que puedo destacar es la ambientación y el vestuario, que sí, están bien.
Los errores del largometraje se suceden desde el primer momento, con ese prólogo en el presente para introducirnos en una historia contada, es decir, un recurso innecesario que no sólo le quita todo el suspense sobre el resultado final, sino que nos ofrece un limitado punto de vista, el de la narradora, y un uso de los tiempos que chirría. Luego sigue con un tuno dulzón que no procede en absoluto, con una heroína insoportable, frívola e inepta, muy por debajo de lo que se espera de una espía, un romance engañabobas, una misión que es más bien un Macguffin, concebida y ejecutada por inútiles pero que avanza a partir de afortunadas casualidades. La película hace aguas porque en buena medida es sobre todo una fantasía femenina, con la señorita Pepis jugando a ser una espía internacional, entre película y película, en brazos de su frío amante pero que "en el fondo me quiere, tía". Pero lo censurado no es nada comparado con una larga recta final tan desastrosa que produce carcajadas: SPOILER.
Los errores del largometraje se suceden desde el primer momento, con ese prólogo en el presente para introducirnos en una historia contada, es decir, un recurso innecesario que no sólo le quita todo el suspense sobre el resultado final, sino que nos ofrece un limitado punto de vista, el de la narradora, y un uso de los tiempos que chirría. Luego sigue con un tuno dulzón que no procede en absoluto, con una heroína insoportable, frívola e inepta, muy por debajo de lo que se espera de una espía, un romance engañabobas, una misión que es más bien un Macguffin, concebida y ejecutada por inútiles pero que avanza a partir de afortunadas casualidades. La película hace aguas porque en buena medida es sobre todo una fantasía femenina, con la señorita Pepis jugando a ser una espía internacional, entre película y película, en brazos de su frío amante pero que "en el fondo me quiere, tía". Pero lo censurado no es nada comparado con una larga recta final tan desastrosa que produce carcajadas: SPOILER.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Resumen de los disparates finales:
- Una misión de extrema importancia para la Segunda Guerra Mundial encargada a una simple secretaria que tiene que hacerse pasar por cocinera, sin ser cocinera (¿no era mejor entonces buscar a una cocinera de verdad?), y que como tal es despedida por su incompetencia, como es lógico. ¿Se puede ser más chapuza? Sólo esto ya desacredita el largometraje porque no es posible que esto pueda suceder de esta forma, que los servicios de inteligencia actúen de una forma tan irresponsable, atolondrada y torpe.
- El nazi, que sabe que ella es una espía, ella también sabe que la ha descubierto, pero al muy tonto se le escapa cuando va a buscar la pistola para matarla, más lento que el caballo del malo. Por supuesto, le deja las puertas abiertas para que se vaya corriendo. Y él ya la deja, ¿para qué seguirla?
- Ella aguanta como si nada dos balazos en el estómago y el pecho, sin médicos ni nada, toda la noche y al día siguiente, es muy dura.
- La villana. ¿Tiene sentido su doble juego? Es una nazi que espía a los propios nazis ¿? Quería saber si era de fiar, dice. ¿Y cómo piensa descubrirlo, si Linda (Melanie Griffith) va a por su documentación, no va a captarlo para que se revele contra el régimen? Vamos, que si ella cuando se lo roba no va a su casa, se escapa con el microchip delante de sus narices.
- La propia pelea de ella con Linda también es penosa. Con las tijeras en las manos, una al lado de la otra, ni se le ocurre que te puede dar con ellas.
- La casa llena de huellas de sangre de Linda herida y ninguno de los muchos nazis que la buscan se da cuenta de a donde llevan, cosan que hacen de inmediato cuando aparecen los dos buenos al día siguiente.
- Un máquina Ed (Michael Douglas), el tío realiza misiones en Alemania, ¡sin hablar ni entender alemán! ¿Acaso no hay en la OSS quién domine la lengua de Goethe?
- Ed también aguanta perfectamente dos o tres balazos de los alemanes. Para mí que el problema de los nazis, la razón por la que perdieron la guerra es porque sus balas no funcionaban, no hay manera de que maten a los buenos.
- El final, pasteloso, ridículo y cursi hasta el extremo.
- Una misión de extrema importancia para la Segunda Guerra Mundial encargada a una simple secretaria que tiene que hacerse pasar por cocinera, sin ser cocinera (¿no era mejor entonces buscar a una cocinera de verdad?), y que como tal es despedida por su incompetencia, como es lógico. ¿Se puede ser más chapuza? Sólo esto ya desacredita el largometraje porque no es posible que esto pueda suceder de esta forma, que los servicios de inteligencia actúen de una forma tan irresponsable, atolondrada y torpe.
- El nazi, que sabe que ella es una espía, ella también sabe que la ha descubierto, pero al muy tonto se le escapa cuando va a buscar la pistola para matarla, más lento que el caballo del malo. Por supuesto, le deja las puertas abiertas para que se vaya corriendo. Y él ya la deja, ¿para qué seguirla?
- Ella aguanta como si nada dos balazos en el estómago y el pecho, sin médicos ni nada, toda la noche y al día siguiente, es muy dura.
- La villana. ¿Tiene sentido su doble juego? Es una nazi que espía a los propios nazis ¿? Quería saber si era de fiar, dice. ¿Y cómo piensa descubrirlo, si Linda (Melanie Griffith) va a por su documentación, no va a captarlo para que se revele contra el régimen? Vamos, que si ella cuando se lo roba no va a su casa, se escapa con el microchip delante de sus narices.
- La propia pelea de ella con Linda también es penosa. Con las tijeras en las manos, una al lado de la otra, ni se le ocurre que te puede dar con ellas.
- La casa llena de huellas de sangre de Linda herida y ninguno de los muchos nazis que la buscan se da cuenta de a donde llevan, cosan que hacen de inmediato cuando aparecen los dos buenos al día siguiente.
- Un máquina Ed (Michael Douglas), el tío realiza misiones en Alemania, ¡sin hablar ni entender alemán! ¿Acaso no hay en la OSS quién domine la lengua de Goethe?
- Ed también aguanta perfectamente dos o tres balazos de los alemanes. Para mí que el problema de los nazis, la razón por la que perdieron la guerra es porque sus balas no funcionaban, no hay manera de que maten a los buenos.
- El final, pasteloso, ridículo y cursi hasta el extremo.