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2
Fantástico. Aventuras. Acción Tras la disolución de la Compañía del Anillo, Frodo y su fiel amigo Sam se dirigen hacia Mordor para destruir el Anillo Único y acabar con el poder de Sauron, pero les sigue un siniestro personaje llamado Gollum. Mientras, y tras la dura batalla contra los orcos donde cayó Boromir, el hombre Aragorn, el elfo Legolas y el enano Gimli intentan rescatar a los medianos Merry y Pipin, secuestrados por los orcos de Mordor. Por su parte, ... [+]
20 de diciembre de 2012
10 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como lo que estamos comentando no es más que un capítulo dentro de lo que es la trilogía de "El Señor de los anillos", o sea, no un trabajo distinto, sino una película troceada en tres partes, todo lo que apunté en "La comunidad del anillo" es válido para "Las dos torres". En realidad, no tendría porque haber sido así, pero lo cierto es que la historia es igual de ridícula, plomiza y tontorrona que la primera y me temo que la tercera. Sigue siendo aburrida, con una acción cansina o unos efectos por ordenador que cantan. Respecto a la seriedad del argumento, fijaos si hay falta de inteligencia en esta trama que si el anillo sólo se destruye en el volcán en el que fue forjado, me pregunto porque el malo no protege este sitio y a partir de ahí busca a Frodo. Pues no, se pone a conquistar ciudades y entrar en batallas archimegalargas cuyo único significado es llenar páginas. Cómo si todavía nadie se enterara, incluido el malo, de que el anillo es la prioridad absoluta.

Ahora bien, aprovecharé la oportunidad para comentar varias cosas que merece la pena. Por ejemplo, los orcos siguen siendo los soldados más inútiles de la historia: 50 contra uno y no les ganan. A lo mejor es porque los buenos son una especie de hombres-rana, dada su capacidad para dar enormes saltos sin necesidad de tomar carrerilla ni nada. Y hasta con un tipo encima. Como si tuvieran muelles. Por otro lado, el árbol animado se tira toda película andando para atravesar el bosque. Es cierto que estos árbolos son más lentos que el caballo del malo y que se les ve venir a lo lejos por su gran tamaño, pero aún así, ¡cogen por sorpresa a los malos! ¡Huy, que no los hemos visto! Entre tanta aventura, Frodo y Sam se pasan perdidos durante prácticamente todo el metraje pero en cambio nuestro Aragon da un mal paso del que le saca el beso de su caballo (atentos, no es Arwen, es su caballo). Por cierto, la bella Arwen-Liv Tyler es la única razón para ver esta empanada.

Hablando un poco en serio insisto en que, dejando al margen que la película no vale nada, lo que más duele es la destrucción de la fantasía por parte de Tolkien y Jackson. Concretamente Tolkien se inventó a estos Hobbits que son unos auténticos paracaidistas del mundo feérico. Lo peor no es que sean unos seres inventados (Alien o Freddy Krueger lo son), sino que a estos seres les falta tradición, un bagaje y unas facultades que les hagan tener consistencia. Si tomara seres del folklore no le haría falta dotarlos de este trasfondo pero al sacarlos de su imaginación, es absolutamente obligatorio. Al no hacerlo, te parecen unos matados, unos panolis que ni pinchan, ni cortan, cosa que al verlos por ahí descalzos subiendo montes como cabras fue lo primero que pensé. Por si fuera poco, el resto de seres van por el mismo camino: no siguen ninguna tradición, ni respetan su naturaleza, ni siguen unas reglas. Nada, esto es sólo un barullo de gente sin el más mínimo interés.

Dicho lo cual me gustaría comentar algo sobre el propio Tolkien. Confieso que durante un tiempo lo tuve por conservador (liberal-conservador, entiéndase) por eso de que era católico y porque en la guerra civil española apoyó a los nacionales. Sin embargo, al ver el modo tan prosaico en el destrozaba toda la mitología germánica-celta, me hizo dudar de su filiación política. La completa ausencia de cualquier tipo de religiosidad en "El Señor de los anillos" me hizo sospechar y luego he podido saber que Tolkien llega a posicionarse políticamente como un anarquista-monárquico que quiere decir, anarquista (extrema izquierda) con un florero que trague con todo lo que haga la gente. Por supuesto, no se trataría de un anarquista de herencia Bakuniana y revolucionaria, pero aún así, anarquista. Ah, por cierto, tengo que deciros que su obra de ningún puede entenderse como una alegoría de la lucha contra el nazismo, como muchos erróneamente piensan.
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