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Voto de Reaccionario:
3
Drama El 18 de julio de 1936, estalla la Guerra Civil. En Madrid, una familia formada por un matrimonio y dos hijos comparte los avatares de la guerra con la criada y los vecinos. El niño de la casa, aunque ha suspendido, quiere que su padre le compre una bicicleta, pero la guerra hará que la compra se aplace indefinidamente. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2014
16 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
La presente adaptación de la obra de teatro de Fernando Fernán Gómez, creo que de 1977, pretende ser un relato objetivo sobre la Guerra Civil española, a cargo de una familia normal que pasa en Madrid los tres años del conflicto, de 1936 a 1939. Lo malo es que ni el punto de vista es en el fondo neutral, ni el clan es de los corrientes. En realidad, en ambas cosas la película, aunque de aspectro moderado, se decanta por un arquetipo republicano, burgués y de clase media-alta, fijaos que tienen hasta criada y todo, sin caer en los excesos revolucionarios. Es cierto que sale el terror republicano en la capital de España pero también que lo hace de pasada. En cambio, la figura central y por lo tanto modélica, es Don Luis (Agustín González), un hombre que desde un republicanismo y un sindicalismo templados, es el objeto de idealización para los progres de la democracia. Sin embargo, el intento de repartir culpas entre unos y otros desde la comodidad de la poltrona casera, casi cincuenta años más tarde, me parece tan fácil como cobarde. Tal postura, además de no explicar nada, tiene el objetivo de exorcizar los demonios de la izquierda actual, según la idea de que todos eran unos bárbaros, menos yo y aquellos que piensen igualmente, que somos los buenos.

El film junta a un grupo de personajes, excesivos, y los desarrolla sólo a medias. La trama nunca se sabe a dónde va, excepto al 1 de abril de 1939. Mientras tanto se suceden los días de la república, el golpe de estado y la guerra sin que los trascendentales acontecimientos históricos merezcan más atención que un chismorreo en un patio de vecinas. De ahí a pensar que unos y otros peleaban por nada, o que simplemente eran unos malvados, especialmente los derechistas, hay un sólo un paso que muchos ya se han encargado de dar desde 1984, incluso antes. Sin embargo, si en vez de echar incienso al hombre medio republicano, se dedicaran a analizar la situación de 1936, las ideologías, mentalidades, temores y aspiraciones de los distintos grupos o personas, comprenderíamos algo de por qué se produjo la Guerra Civil, sin necesidad de mentir. Aquí cambian los festejos masivos tras la liberación de Madrid por las caras tristonas de los protagonistas, que lo único que demuestran es su adhesión poco disimulada por la República. "Sabe Dios cuando habrá otro verano". Pues todos los años, a finales de junio. ¿Paz o Victoria? Por supuesto paz pero precisamente porque hubo una victoria antes lograda con unos esfuerzos que ahora se desprecian.
Reaccionario
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