La idea que me gusta tanto de realizar una película de otro género, desde el thriller al terror pasando por la comedia y como no, el drama romántico, en un contexto histórico concreto cobra vida en esta "El último beso del Káiser", basada en la novela homónima de Alan Judd, publicada en el 2003. Mayo de 1940, los nazis acaban de invadir los Países Bajos en una ofensiva arrolladora en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo en la película no hay batallas sino lo bélico se sustituye por una intriga que gira alrededor del exiliado antiguo káiser de Alemania, Guillermo II (Christopher Plummer). Cierto, el personaje no cae simpático, su carácter despótico y orgulloso, y sobre todo que fuera uno de los causantes la Primera Guerra Mundial lo condicionan demasiado. Y aquí de algún modo se le hace la pelota más de la cuenta.

Sea como fuere, ese no es el peor defecto del largometraje. Lo que más me ha chirriado es lo estúpida, precipitada y tan poco creíble historia romántica, por llamarla de alguna forma, entre el capitán y la criada. Estoy convencido de que la mayoría de películas porno se toman más tiempo en entrar en faena que estos dos. Pero no sólo esto, sino que teniendo en cuenta que se ha calificado como para mayores de doce años, a ver cómo me explican, porque no lo entiendo, las dos o tres escenas de sexo y los varios planos en los que se le ve todo a los dos. En fin. Creo que han querido jugar un poco a lo del "Libro Negro" (2006) pero no lo consigue porque si su romance es una chufla, el suspense es demasiado impostado, obvio y previsible, desconocemos hasta cuál es la misión de este espía tan artificial. El remate llega con un final que no explica nada.