Sí, como la de Ryan O'Neal y Cybill Shepherd del año 1989. Pero volemos, nunca mejor dicho, hacia 1946 para descubrir uno de esos títulos clásicos que parecen perdidos pero que alguna amable cadena se atreve muy de vez en cuando a rescatar. Este es el caso de "A vida o muerte", onírica, extraña y no obstante afable película británica, entre el drama romántico y el fantástico, con toques de comedia que como algunos comentan tiene como principal objetivo estrechar los lazos de amistad entre el Reino Unido y los Estados Unidos, entre los rigores de la Segunda Guerra Mundial y la inmediata posguerra, que aunque no lo pareciese, cierta falta sí que hacía.

El largometraje destaca por su planteamiento original como de cuento de hadas, su ambientación y color, y sobre todo, por algunas gracias basadas precisamente en los estereotipos culturales de los americanos y los ingleses. Sin embargo, se la ve algo infantil, ingenuo y diría que hasta un pelín ñoño. Aunque la idea romántica que subyace es poderosa, este amor se desarrolla con una inusitada rapidez e improvisación, porque lo dice el guionista, de tal forma que queda artificioso. El largometraje flaquea en cuanto a su ritmo y en algunos momentos, véase el juicio, parece que no sabe por dónde va. Con todo, es lo suficientemente agradable para dejarse ver.