Muy interesante película de tesis que por momentos puede desconcertar pues creo que ofrece varias interpretaciones y una cantidad de detalles que pueden resultar contradictorios. Por ejemplo, el misionero cristiano, no queda muy claro si es un personaje positivo o negativo. (Me inclino a pensar que Peter Weir pretende resaltar que la idea cristiana es excelente aunque sus representantes puedan ser censurables).

Más que una película para disfrutar es una película para pensar. Creo que Peter Weir hace un análisis bastante reaccionario de la sociedad y el ser humano. De hecho resulta evidente que Allie (Harrison Ford) es un retrato descarnado de un progresista americano, al que fustiga sin parar. De cómo su odio a la sociedad de su época, su deseo de escapar del imperio de las multinacionales, del consumismo, del materialismo de su época, de las desigualdades sociales; su rechazo al cristianismo, a los poderes establecidos, su búsqueda de una libertad y una igualdad más real; todo ello le empuja a renunciar a la civilización occidental e intentar recrear una nueva comunidad "pura", utópica en la selva de la Costa de los Mosquitos.

Pero esto tiene trampa. Porque en realidad Allie cae durante toda la cinta en una serie de contradicciones en las que caen la mayoría de progresistas del mundo. Que él mismo no deja de ser un hombre blanco occidental y que está tan impregnado de esos valores que critica que lo que hace es reproducirlos allí donde va causando los males que él mismo detesta. En vez de integrarse en esa comunidad salvaje adoptar sus costumbres, sus modos de vida, vestir como ellos, etc. lo que le vemos es ir de un lado para otro con una camisa hawaiana, diseñar invernaderos, usar maquinaria occidental, elaborar complicados aparatos tecnológicos, introducir el consumismo, el progreso, la industria, a los humildes habitantes de
la jungla.

Y lo peor es que las buenas intenciones progresistas-izquierdistas acaban degenerando en lo peor. Porque la ideología izquierdista lleva implícita una serie de consecuencias catastróficas. Él lleva la luz, el progreso, la lucha contra la barbarie. Él es por tanto el superior y los demás son sus inferiores que le tienen que estar agradecidos. De ahí es fácil caer en el racismo, en el abuso de poder, en la incapacidad de aceptar una crítica, en el uso de la violencia para imponer sus ideas "superiores", etc. Como ejemplo de a donde conduce esta ideología: la revolución americana, la revolución francesa, las revoluciones liberales del XIX, la revolución rusa, Stalin, Lenin, Hitler, Pol Pot, etc.

Por otro lado, merece la pena destacar la dirección de Peter Weir capaz de evocar imágenes de una potencia onírica (como la secuencia en la que los nativos descubren a "gordito") en cuestión de segundos. Y la vena cómica desconocida en Weir (como cuando Allie va rayando a los nativos al principio, explicando sus proyectos y sus ideas).

Por último (spoiler)