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Voto de Reaccionario:
5
Romance. Comedia Allen, compositor musical, y Jan, decoradora de interiores, se ven obligados a compartir temporalmente la misma línea de teléfono, lo que da lugar a continuas discusiones entre ellos. Los dos trabajan para el mismo jefe, Jonathan, pero no se conocen personalmente. Jonathan pretende a Jan y quiere casarse con ella. Sin embargo, en una fiesta, Allen reconoce por la voz a Jan y entabla conversación con ella ocultando su identidad. (FILMAFFINITY) [+]
2 de enero de 2017
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera de las tres colaboraciones entre Rock Hudson y Doris Day, más Tony Randall como escudero. A "Confidencias de medianoche" (1959) le sucedería "Pijama para dos" (1961) y "No me mandes flores" (1964). No sé cual será mejor de las tres, la segunda la he visto pero no recuerdo gran cosa, pero lo que sí está claro es que la presente fue la más exitosa comercialmente al alcanzar el quinto puesto entre las más taquilleras de los Estados Unidos en 1959. Además de esto recibió un Oscar al mejor guión original y cuatro nominaciones más, a la mejor actriz principal y de reparto, por la banda sonora en drama o comedia y por la dirección artística en color. A propósito, no sé si la de "Abajo el amor" (2003) es una parodia de esta película o bien de la comedia romántica de esa época pero los cierto es que guarda muchísimas similitudes, desde la pantalla partida cuando hablan por teléfono hasta al lenguaje corporal de una Doris Day pasando por el apartamento-picadero del protagonista.

El caso es que es un largometraje con estilo, con un argumento atractivo, la simulación de personalidad en comedia siempre funciona, y con algunos momentos simpático pero que en el fondo presenta una historia de amor fea pues el tal Brad Allen (Rock Hudson) es un tipo demasiado pillo, mentiroso y egoísta como para que su conversión se vea sincera y lo que es peor sea creída a pies juntillas por su compañera Jan Morrow (Doris Day). De hecha, ella, tampoco el amigo lo hace, apenas penaliza su jugada, que es bastante rastrera. Es decir, que como una chica confíe en señores de este calibre moral se llevará más decepciones que yo qué sé quién. Es que mientras la estaba viendo pensaba que una película así no se rodaría en la España del año 1959 pues se consideraría que el comportamiento de él pero tampoco el de ella, ni de las demás chicas, es correcto. Al final parece que la culpa de que Brad no halle el amor no es suya sino de las otras mujeres, que no son capaces de enamorarlo.
Reaccionario
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