Veo que el tal Kevin Smith es un lumbreras y que el personal se dedica a comentar su filmografía señalando lo anómala de "Una chica de Jersey" por la pérdida de ese estilo, incluso de esa calidad, que se le atribuye. Pues yo es digo que no conozco a este director, ni he visto ninguna de sus películas y tras el descalabro de este film del 2004 dudo mucho que profundice en su obra: ya imagino como será lo auténtico "Kevin Smith" y no creo que me guste. Por mi parte, solamente me he acercado a esta comedia romántica, que pretende ser alternativa y sorprendente pero se queda en un pastiche, porque salía Liv Tyler, una de mis actrices favoritas. Claro que 45 minutos esperando a que apareciera y cuando lo hace, mejor que no lo hubiera hecho. Sí, aunque está un poquito gorda, está guapa, sobre todo cuando va con gafas pero es que su personaje es un desastre. No me lo creo, está mal construido y pasado de rosca. Se metamorfosea de frívola golfa, a tierna, ilusa y maternal joven.

"Una chica de Jersey" está mal concebida y peor desarrollada. Las cosas suceden porque sí, sin que haya una transición lógica entre los acontecimientos. No me creo ni la relación de los protagonistas (esos diálogos al conocerse, por favor), ni la evolución personal de Oliver Trinké (Ben Affleck), ni el conflicto tan mal resuelto simbolizado entre Jersey y Nueva York. Admito que hay algunas cosas, pocas, que hacen gracia pero también que caen directamente en lo aparatoso forzando ciertas situaciones muy poco realistas. Sin embargo a mí lo que me escandaliza es que una película con repetidas alusiones sexuales sea catalogada para mayores de 7 años. ¿Hemos perdido el pudor? Se ve que sí y que para estos calificadores morales es lo más normal del mundo escuchar conversaciones sobre la masturbación con niños delante. Eso sí, no me extraña que con ejemplos tan perniciosos como "Una chica de Jersey" los hijos se conviertan en unos auténticos tiranos para los padres.