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Voto de Reaccionario:
4
Comedia. Drama Ed Wood es un joven director de cine, un visionario sin ninguna formación académica, aficionado a vestirse de mujer y con muy pocas oportunidades de hacer películas en un gran estudio. Sin embargo no ceja en su empeño de convertirse en un director famoso. Tras reunir a un curioso grupo de personajes, realiza películas de bajo presupuesto, excéntricas y no muy cuidadas técnicamente. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2013
18 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay mucho de homenaje en esta película desde al propio cine hasta el género de terror de serie B de los 50 pasando por las figuras que salen aquí, unos más conocidos que otros pero personajes todos reales, y al propio Ed Wood, elegido en 1978 el peor director de todos los tiempos. La película tiene estilo, no lo voy a negar, y está bien hecha. El blanco y negro, la fotografía, la banda sonora, la dirección son notables. Capítulo aparte merece Martin Landau que encarna brillantemente a Bela Lugosi motivo por el que la película se llevó dos Oscars, a mejor actor secundario y al maquillaje. Del resto del solvente reparto destaco a la siempre atractiva Patria Arquette, a la que tuve que esperar casi una hora y media para verla, eso no se hace. Ahora bien, ¿qué tiene "Ed Wood"? Pues poca cosa. Mira que había material para hacer un verdadero drama. Por ejemplo, una última película para Bela Lugosi, en realidad un engaño para que viviera feliz los últimos momentos de su vida.

Sin embargo Tim Burton prefiere servirnos una banalidad de consecuencias desastrosas. El mensaje que trasciende es que lo importante no es ser el mejor, ni siquiera bueno, sino hacer lo que uno desea y siente, cumplir nuestros sueños. Lo malo es que ese desajuste entre la realidad y nuestros deseos es destructivo. Para no ver su absoluta mediocridad como director, Ed Wood (Johnny Deep) tiene que ser un lelo incapaz de distinguir la verdadera naturaleza de las cosas. Para financiar sus proyectos engaña a sus productores, sacándoles el dinero con cuentos, pobres baptistas. Para desviar su frustración, recurre a un travestismo patológico. Afortunadamente cuenta con Tim Burton para, en el momento que más le conviene, poner punto final a su película y así dar por válida su filosofía. Pero no, la vida continúa y Ed Wood siguió persiguiendo sus "sueños" hasta su aniquilación (SPOILER). Pero esto no le interesa a Burton. Si lo hubiera hecho hubiéramos tenido una buena película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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