Cambio de tercio con un musical del año 1944, que en su momento fue una de las películas más exitosas del año, según las fuentes la cuarta o quinta más taquillera. "Cita en San Luis", que por cierto, se basa en una serie de relatos autobiográficos de Sally Benson, publicados entre 1941-1942, con razón tiene un estilo que nos puede recordar mucho a "Mujercitas" (hay varias adaptaciones pero os recomiendo la de 1949 y sobre todo la de 1994), optó a cuatro Oscars, pero al final se fue de vacío, a pesar de que el colorido de la película sigue llamando la atención, cosa que en buena manera se debe al trabajo de fotografía de George J. Folsey, por el que fue nominado a dichos premios.

Sea como fuere, "Cita en San Luis" es una obra blanda, inocente, ñoña incluso y un poco cursi. El género musical no me atrae pero es que resulta que tampoco tiene buenas canciones, aunque por fortuna no hay muchas. Eso sí, Judy Garland cantaba bien. Sin embargo, donde más flaquea el largometraje es en su discreta historia y sobre todo, en su fea forma de concebir las relaciones románticas, en las que otra vez, se invierten las reglas biológicas del cortejo. Ellos son los sujetos, los que observan, desean, persiguen, se esfuerzan y conquistan, ellas los objetos pasivos que si quieren se dejan conquistar o no. Al revés, como aquí, es antinatural y lo único que indica es el nulo atractivo de ellas.