Y perdón por el pastel porque bien bueno que está. Aprovechando la reciente muerte de Nelson Mandela, interpretado aquí con un acierto asombroso por Morgan Freeman, nos colocan un alegato encubierto de competición deportiva de la mano de Clint Eastwood, para demostrar hasta el más incauto que si algo cojea nuestro director, es de progresista. Sobre la figura histórica hablare luego pero de lo segundo anticipo que aunque el rugby es más apasionante que el fútbol americano aquí no luce nada, entre otras cosas, porque se prescinde de un locutor. Desde luego, nada que ver con la épica de "Evasión o Victoria" (1981). En realidad, "Invictus" aunque no está mal hecha es un poco plasta. Se tira más de una hora para contarte... nada. Bueno el acceso de Mandela al poder y poco más. El resto más o menos lo mismo, entre lo irrelevante y lo blandengue. Pensad el mismo argumento pero con la selección española de fútbol, la Eurocopa de 2008 (o el Mundial), las autonomías enfrentadas y Zapatero de presidente. ¿Cutre? Pues lo mismo para Sudáfrica.

Como decía, sobre el mito izquierdista del ex-presidente de Sudáfrica conviene recordar los hechos más allá de la propaganda masiva. Primero, Mandela se pasó 27 años en la cárcel porque fundó junto al Partido comunista el mayor grupo terrorista del país, el Umkhonto we Sizwe, con cientos de muertos a sus espaldas, del que no se desvinculó en la cárcel. De hecho, hasta 2008 figuró en la lista de vigilancia terrorista de Estados Unidos. Segundo, ¿Cuál es el legado de Mandela? Recapitulemos: delincuencia, pobreza y corrupción altísima, 40 % de paro, discriminación hacia los blancos, expulsados de numerosos puestos trabajos, casi un millón de blancos emigrados desde 1994 (cerca de un 20 % del total), la mayor tasa del mundo de enfermos de SIDA, (el 20 % de los adultos en el 2005), de homicidios (50.000 al año y cinco veces más que el segundo), de los que 4.000 son de granjeros blancos por motivos raciales, casi dos millones y medio de violaciones al año. ¿Importa? Pues no, Mandela y todos nosotros, aplaudiendo a él y al rugby.