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Voto de Reaccionario:
10
7,1
7.242
Bélico. Drama
Primera Guerra Mundial, 1915. Reza la leyenda del filme: "De un lugar del que nunca has oído hablar llega una historia que nunca olvidarás". Dos amigos australianos, ambos atletas, deciden alistarse para ir a la guerra y les toca luchar contra los turcos en la batalla de Gallipoli. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2011
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y no sólo el final. De cabo a rabo es una película soberbia, emotiva, trágica, bellísima. Con una trama, en cierto modo, circular, desde los primeros compases, cuando Archie entrena, al amanecer, con su entrenador-tio y este le dice: "¿Que son tus piernas?" "Muelles de acero"... ¡En que diferentes circunstancias volvera a repetir ese diálogo, ya legendario! Ciertamente, "De un lugar del que nunca has oído hablar llega una historia que nunca olvidarás", (en mi caso lo segundo, nunca olvidaré)
La película es bélica, sobre la primera guerra mundial, el idealismo de la juventud, la miseria de la guerra, el sacrificio, el honor, la frialdad de los generales dispuestos a usar a la tropa como carne de cañón, rozando por momentos el cine negro.
Pero, por encima de todo, es sobre la amistad, maravillosa, entre Archie y Frank, sin olvidar el excelente papel de los amigos de Frank. Una amistad que les empujará a abandonar su país, a recorrer medio mundo, a sacrificarse, a perderlo todo el uno por el otro. Esta amistad se sustenta en un excelente guión, unas actuaciones maravillosas de Mel Gibson y Mark Lee, una pasión común, la de ser atletas. Y luego, las secuencias inolvidables que salpican la película: el "paseo" a través del desierto de Frank y Archie, onírico, fantasmal, iniciático; la escalada en las píramides; la química portentosa que desprenden cuando están juntos; los diálogos "Te veré cuando te vea", etc.
¡Se puede decir tanto! La fotografía, bellísima; la banda sonora, sublime (Jean Michel Jarre, Albinoni); la atmósfera que se crea, insuperable; los diálogos, el guión, la forma de rodar, concisa, natural y, sin embargo, tan emotiva, tan detallista, tan a lo Peter Weir.
En la retina nos quedarán para siempre imágenes, escenas, de una intensidad dificil de repetir: cuando se inicia una batalla y esta no aparece sino a Frank y a Archie en el cementerio, rodeados de tumbas, y cuando Franky, desesperado, agarra la Biblia, y sale desecho de la tienda.
Y por supuesto, el final, esa media hora brillantísima, posiblemente uno de los últimos 30 minutos mejores de la historia del cine: los soldados en los trincheras, los rezos, las órdenes y contraórdenes, la carrera de Frank, el ¿sargento? llevándose a los labios, temblando el silbato, ese grito de Frank, inolvidable, que te hace estremecer todo el cuerpo y.... no desvelo más (Spoiler)
La película es bélica, sobre la primera guerra mundial, el idealismo de la juventud, la miseria de la guerra, el sacrificio, el honor, la frialdad de los generales dispuestos a usar a la tropa como carne de cañón, rozando por momentos el cine negro.
Pero, por encima de todo, es sobre la amistad, maravillosa, entre Archie y Frank, sin olvidar el excelente papel de los amigos de Frank. Una amistad que les empujará a abandonar su país, a recorrer medio mundo, a sacrificarse, a perderlo todo el uno por el otro. Esta amistad se sustenta en un excelente guión, unas actuaciones maravillosas de Mel Gibson y Mark Lee, una pasión común, la de ser atletas. Y luego, las secuencias inolvidables que salpican la película: el "paseo" a través del desierto de Frank y Archie, onírico, fantasmal, iniciático; la escalada en las píramides; la química portentosa que desprenden cuando están juntos; los diálogos "Te veré cuando te vea", etc.
¡Se puede decir tanto! La fotografía, bellísima; la banda sonora, sublime (Jean Michel Jarre, Albinoni); la atmósfera que se crea, insuperable; los diálogos, el guión, la forma de rodar, concisa, natural y, sin embargo, tan emotiva, tan detallista, tan a lo Peter Weir.
En la retina nos quedarán para siempre imágenes, escenas, de una intensidad dificil de repetir: cuando se inicia una batalla y esta no aparece sino a Frank y a Archie en el cementerio, rodeados de tumbas, y cuando Franky, desesperado, agarra la Biblia, y sale desecho de la tienda.
Y por supuesto, el final, esa media hora brillantísima, posiblemente uno de los últimos 30 minutos mejores de la historia del cine: los soldados en los trincheras, los rezos, las órdenes y contraórdenes, la carrera de Frank, el ¿sargento? llevándose a los labios, temblando el silbato, ese grito de Frank, inolvidable, que te hace estremecer todo el cuerpo y.... no desvelo más (Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
.... y Archie en las trincheras repitiendo el diálogo con su tio: "¿Que son tus piernas?"..., la orden de salir de las trincheras, el grito sublime de Frank ... y luego Archie, corriendo, mientras caen sus compañeros, y luego el solo, sin armas, corriendo, sin importarle en ese momento nada más que eso, correr, hacia el infinito, hasta que las balas lo alcanzan y muere fulminado, y se congela la imagen de Archie, sin caer, suspendiendo a Archie, como si fuera Jesucristo (¿exagero?), para siempre en esa fotografía insuperable que aparece en el poster de la película, y suena la música y salen los créditos. Y a mi alrededor, se rompen los sollozos contenidos a lágrima viva. Es el fin, el más hermoso de la historia del cine.