Tercera parte de la saga "Sharknado" que comienzo como una especie de parodia a "Objetivo a la Casa Blanca", pero con los tiburones y las consabidas tormentas. En cualquier caso es una introducción porque rápidamente cambiamos de escenario, nos vamos a Orlando, que como todos debemos saber está en el estado de Florida, al Sureste de los Estados Unidos. Lo digo porque la ubicación geográfica causó bastante desconcierto en mi casa. De hecho ante mi pregunta de dónde está Orlando, recibí respuestas tan variopintas como la de en Los Ángeles, en Washington ¿la ciudad?, en Indiana y hasta... ¡En las Bahamas! En fin.

Pero vamos al lío. Que es rematadamente mala esta "Sharknado 3" no hay quien lo discuta, por mucho que pretendan camuflarlo con algunos cameos de famosos que para seros sinceros prácticamente ninguno he reconocido. Ciertamente, la lógica nunca ha sido el fuerte de esta franquicia pero es que los niveles delirantes de esta entrega supera todo lo posible. Estas idas de ollas deberían ser graciosas pero a mí no me lo parecen en absoluto, salvo en algún momento concreto. Es decir, ver paridas, disparates y cómo se comen a la gente de la forma más sangrienta no es divertido. A mí en realidad me ha aburrido.