Iba a decir que el fallo de esta "Prácticamente magia" es que es una película muy para mujeres, y que como soy varón por eso me ha parecido una absoluta memez. Sin embargo, lo malo no es que sea así, sino que acaba siendo una mala película para mujeres. Con la excusa de la magia, las típicas brujas, el romance más convencional y un elenco de actrices de renombre en el que destacan Sandra Bullock y Nicole Kidman, Griffn Dunne confecciona una obra carente de interés, aburrida, bastante plana, completamente desordena, muy empalagosa, por momentos bochornosa y con una multitud de tramas que hacen que a la postre naufrague en todas ellas. Porque de por medio hay una historia romántica bastante mal contada con el policía interpretado por Aidan Quinn, la intriga supuestamente terrorífica pero fuera de lugar con el búlgaro o una maldición que no sirve absolutamente para nada. Observad que sin ella, la trama sería absolutamente idéntica.

Ya en otras ocasiones he explicado la fascinación que puede despertar la figura de la bruja, como si se tratara de una especie de arquetipo hipersexuado femenino en el que se resaltan de forma hiperbólica una serie de rasgos que se suponen implícitos en toda mujer. Por ejemplo, su capacidad de seducción, sus poderes más o menos mágicos, su relación con el mundo espiritual o sus remedios curativos, cosas todas ellas atribuidas a las féminas desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, en este intento las brujas que imagina Dunne son bastante normalitas. Supongo, y por eso lo he comentado al principio, que el enfoque de "Prácticamente magia" no es la clásica visión masculina sino el de las propias mujeres. Por eso, en vez de reflejar su poderío, las vemos más bien vulnerables, y en definitiva con muy poco encanto. Por eso la película acaba siendo un ejercicio de autoayuda en el que la magia es un pretexto para tratar sin ninguna gracia los típicos problemas de las mujeres.