Dudo mucho que los escasos 13 capítulos que componen "Toledo, cruce de destinos" hubieran sido la idea original de los creadores de la serie o como más bien me temo sus malos resultados la obligaron a acabarla antes de tiempo. Sea como fuere, la idea no era del todo desacertada pues el ambiente medieval siempre es resultón. Lo malo es que el producto pretendía ser un trabajo histórico en el que no tenía cabida, por un lado el género de capa y espada (si prescindimos de la fantasía, ¿qué nos importa la edad media?) y por otro, la historia era un mero aderezo para colocarnos una serie de enredos que poco o nada tienen que ver con la realidad de aquellos años.

Para rematar el pastel, las tramas que formaban "Toledo, cruce de destinos", carecían del más mínimo interés. Los personajes tampoco aportaban gran cosa y los capítulos se sucedían sin apenas relación entre ellos, muchos de ellos forzados a lo "políticamente correcto", pese a que la cosa pegara bien poco. Al final, las batallitas de nuestros "héroes" aburren soberanamente y con ellas, la propia serie.