Que ABBA fue uno de los grandes de la historia de la música, nadie la niega. Su éxito es indiscutible entrando por derecho propio en el selecto grupo de los que han vendido más de 300 millones de discos en todo el mundo junto a "The Beatles", Elvis Presley, Michael Jackson, Madonna y Queen. Ahí es nada. De hecho, a mí me gusta, si bien no es de mis favoritos. Sea como fuere, "¡Mamma Mia!" no es más que una especie de remake del musical del mismo nombre estrenado en 1999 que a su vez no es más un homenaje al gran conjunto sueco. Así la cosa queda en una canción detrás de otra, interpretadas más bien tirando a regular salvo por Amanda Seyfried, un argumento bastante pobre del que prácticamente se olvidan y un final superpasteloso. Del tonillo entre progresista y feminista pero azucarado, mejor ni hablar (SPOILER).

De todos modos entiendo que hay algo de parodia y de hecho, te ríes de vez en cuando. Por lo demás, estas mujeres están en la adolescencia. De hecho, me recordaban al trío de "Una rubia muy legal". Los actores, que se ve que se lo pasaron bomba haciendo la película, hacen lo que pueden, especialmente cuando cantan. Lo siento por Brosnan pero es el que peor lo hace. Claro que Meryl Streep se le ve un poco mayor sobre todo si tenemos en cuenta que Stellan Skarsgard es dos años menor que ella, Pierce Brosnan, cuatro y Colin Firth, once. Por cierto que trajes más horteras que llevan. Al final nos queda ABBA que no es poco. Dejando al margen las más famosas, como "Mamma Mia", "Super Trouper" o "Take a Chance on me", de las desconocidas me ha gustado especialmente "Our Last Summer". Ahora bien, la mejor canción con diferencia no se han dignado a incluirla en la película: "Knowing Me, Knowing You". Qué rabia.