Interesante clásico ochentero del que muchos guardamos un grato recuerdo. La verdad es que motivos hay porque sin grandes complicaciones Tom Holland nos ofrece un grato espectáculo en el que mezcla con habilidad el suspense, la comedia, el terror, la acción y el romance. En este sentido, el parecido con la exitosa "Gremlins" es notable, tanto que en la segunda parte de 1990 se parodia, concretamente con el personaje del televisivo Peter Vincent. Claro que ésta además de ser un punto más oscura es inferior a la de Joe Dante, y no sólo porque una pasable Amanda Bearse no puede compararse con la hermosa Phoebe Cates. Sea como fuere, entretiene y cautiva gracias a su frescura, juventud, ritmo, un malo interesante, efectos especiales acertados y una banda sonora típica de los 80, o sea, muy buena.

Seguramente aquellos a los que les ha decepcionado esperaban una película para pasar miedo cosa que no es, pese a su título y una sugerente portada. Como apunto antes, el terror se diluye en otros géneros cosa que aparte de hacerla de muy difícil calificación quizás la perjudica al no poder mantener continuamente un tono y un estilo. Igualmente otro defecto de "Noche de miedo" es que estos vampiros son un poco mantas. Ponen muchas caras, con las que están muy feos, pero no hacen nada. Oportunidades para matar a los humanos tienen unas cuantas y las dejan pasar. Por lo demás, seguro que la han visto y se han inspirado en ella Francis Ford Coppola para su "Drácula" y, sobre todo, Stephen Sommer para "Van Helsing". El parecido de cierta vampira de aquí con Elena Anaya es portentoso. Son iguales.