Ya me ha pasado dos veces y me temo, que como dice el refrán, no haya dos sin tres. Resulta que entre el reparto de una película aparece en un discreto puesto Alexandra Breckenridge, que es una de las actrices más bellas del mundo, sino la que más, la veo y al final no sale. Esto me pasó con "La hora más oscura" (2011) pero el supuesto error se ha vuelto a repetir con "Orange Country". Sin embargo lo más raro de todo es que en varias páginas aparece Alexandra en el casting, sin acreditar en el papel de "Anna". ¿Cómo es esto posible? ¿Hay una obsesión con esta chica, que entiendo perfectamente, hasta el punto de quererla colar en cualquier título? He visto la película con lupa y no aparece, ni siquiera en los créditos, que me he molestado en buscar, ni siquiera de bulto y mucho menos dando vida a este misterioso personaje llamado "Anna".

La decepción que me causa no encontrarme en la gran pantalla con Breckenridge me hace ya mirar con mala cara esta comedia juvenil casi de sobremesa. La obra, aunque no llega a ser grosera pese al esfuerzo de Jack Black en esa dirección, no tiene gracia, ni imaginación, ni trama elaborada. Tampoco los personajes aportan frescura. Aunque reconozco que me hizo reír el colgado admitido en Stanford, "lo flipo tío". A la postre, lo mejor es la canción de Brian Wilson "Lay Down Burden", cuando se tira el protagonista a la piscina, que está muy bien, dejando al margen el bailecito de las animadoras. Y hablando de esto, otra vez el arquetipo denigrante de animadora guapa, pero malvada, frívola, estúpida y guarra. En cambio, la ecologista-feminista es enrollada y muy maja. Luego dicen que los estereotipos "machistas" se mantienen. ¡Anda ya!