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Voto de Reaccionario:
8
Drama Rocky Balboa es un desconocido boxeador a quien se le ofrece la posibilidad de pelear por el título mundial de los pesos pesados. Con una gran fuerza de voluntad, Rocky se prepara concienzudamente para el combate y también para los cambios que acabarán produciéndose en su vida. (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Rocky" no es una simple película de boxeo. Es por encima de este deporte, el retrato de unos personajes aferrados a una última oportunidad para no ser derrotados por la vida. Sin buscar lo extraño sino la cotidianidad absoluta, el retrato de los bajos fondos de Filadelfia y sus gentes llega a ser desolador. Un boxeador de poca monta en la cuesta baja de su carrera que subsiste como cobrador de un matón, Rocky Balboa (Sylvester Stallone); una joven gris, tímida, sin futuro y que toman por tonta, que apenas tiene control sobre su vida, Adrian Pennino (Talia Shire); su hermano, Paulie (Burt Young), borracho, frustrado a nivel profesional y sentimental y que paga su rabia con Adrian; el entrenador de Rocky, Mickey Goldmill (Burgess Meredith), un antiguo boxeador, que ha dejado atrás sus viejas glorias, que lo han molido a palos durante toda su vida y que ahora no tiene absolutamente nada.

Rocky se aferra al boxeo, lo único que sabe hacer en la vida, y gracias a la fortuna, es invitado a participar en un combate con el título mundial de los pesados en juego. Aquí empieza su verdadero combate, contra si mismo. Porque no se trata de vencer o perder sino demostrarse que no es un "idiota del montón". Y gracias al empuje, la fuerza y el gran corazón de Rocky, su chica, sus amigos, todo el barrio, todo América y hasta todos nosotros, diría yo, nos aferramos al "potro italiano" como un medio de conseguir nuestros propios sueños. Y es que su combate es nuestro propio combate.

La película no sólo cuanta con un gran guión, una excelentes actuaciones, especialmente de la mano de Talia Shire y Burgess Meredith, una magnífica banda sonora o una soberbia dirección (aquí si se llevó el Oscar John G. Avildsen), sino que tiene la belleza, la intensidad y la hechura del mejor cine. Por si fuera poco, cuenta con momentos de gran emoción, como el final con ese grito desesperado de Rocky. Sencillamente, uno de los mejores trabajos de los 70 y un título imprescindible sobre el boxeo a mi parecer sólo superado en esta temática por la segunda entrega de Rocky de 1979. Cinta mítica que encumbró a Stallone y a su héroe Rocky, en todo un referente cultural del imaginario colectivo occidental. Que no es poco.
Reaccionario
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