El género distópico adolescente sigue viento en popa y a toda vela, esta vez con "El corredor del laberinto", que es la adaptación de la novela "The Maze Runner" del norteamericano James Dashner. O mejor dicho, el primer libro de la trilogía, que tiene el mismo nombre. Aunque dicho esto, comercialmente se ha quedado bastante lejos de sus hermanas mayores. Sea como fuere, la película se limita a mezclar "Los juegos del hambre" (2012), pero en versión masculina, con títulos como "El señor de las moscas" (1990),"Cube" (1997), "Ataque a los titanes" (2013, pero el manga empieza en el 2009) o "Aliens" (1986). Si bien, el recurso de la "mala pero actriz famosa" es idéntico al de "Divergente", con Patricia Clarkson en el lugar de Kate Winslet.

Sea como fuere tenemos una película que podría estar bien con algunos retoques significativos. Por desgracia no lo hacen, o más bien Wes Ball altera sustancialmente el relato original pero no en lo que a mí me parece más grave: la falta de lógica, tanto en la situación como en la actitud de los personajes. Por ejemplo, la explicación para esta extraña situación, la de unos muchachos encerrados frente a un laberinto poblado de monstruos, es ridícula. Pero las reacciones de los chicos son antinaturales y los diálogos completamente bobos. ¿Quién se conformaría con que te digan "eran tiempos oscuros"? A estos jóvenes les da igual todo, parece que están de acampada. ¿No sería más inteligente explicarlo todo nada más llegar el nuevo?