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Voto de Sandro Fiorito:
9
Bélico. Acción. Comedia Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz). Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos concretos. Los ... [+]
11 de diciembre de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Triunfadores en taquilla, aclamados por la crítica y adorados por el público, los Malditos bastardos de Quentin Tarantino son un canto a la excentricidad, la originalidad y lo sangriento.

Desde el primer minuto, en el que podemos disfrutar con una introducción al más puro estilo del spaghetti-western que tanto admira el peculiar realizador de esta cinta, de sobra conocido por su obra cumbre, Pulp Fiction, flanqueada por Jackie Brown y Reservoir Dogs.

Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) pierde a su familia a manos del coronel nazi Hans Landa (Christoph Waltz). Tras una memorable escena que culmina con la huída de la chica, ésta huye a París, donde se oculta tras una nueva identidad, dedicándose a regentar un cine.

Mientras, en alguna otra parte de Europa, un injustamente colocado como cabeza de reparto del film, Brad Pitt, que interpreta al teniente Aldo Raine, se encarga de atacar al ejército nazi, protagonizando los momentos más sangrientos de la película, hasta contactar con una actriz alemana que trabaja como agente encubierto para el ejército aliado, Bridget Von Hammersmark (Diane Kruger).

Obviamente, el trabajo de los Malditos bastardos incomoda a los dirigentes del Tercer Reich, quienes ponen manos a la obra al ya nombrado coronel Hans Landa, interpretado por un grandísimo Christoph Waltz que se come la película: sus escenas son las más divertidas, irónicas, interesantes y extraordinarias de toda la película.

Lo más previsible de todo esto es que todos, llegado el momento indicado, deberán encontrarse, deleitándonos con momentos graciosos y con escenas de auténtico clímax.

La música, rescatada de algunas de las películas más clásicas del spaghetti-western, junto con otras piezas, ha sido exquisitamente seleccionada conformando una banda sonora de infarto.

El título hace honor a una película de 1978 dirigida por Enzo G. Castellari y que de nombre original era el de Quel maledetto treno blindato, llamándose también, Inglorious Bastards. Es lo único en lo que coincide la obra de Tarantino con la producción italiana.
Sandro Fiorito
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