Conmovedora historia, basada en hechos reales, en la que el exdictador de RDA, se ve echado de su propio domicilio, viendose obligado a vivir en la casa de un predicador protestante, que había sufrido, como muchos otros religiosos persecución del gobierno. De ser uno de los dirigentes más poderosos del mundo, a ser un anciano desvalido, enfermo y odiado por gran parte de la población de las dos Alemanias. Aunque en algunas de las conversaciones que mantiene con el predicador no demuestra ningún arrepentimiento, el con toda su dignidad y autocomplaciencia esta tranquilo o eso aparenta por lo menos, por otro lado, cierta crítica a los medios de comunicacíon sensacionalistas y manipuladores. Destacar al personaje del predicador, un hombre bueno, con una dignidad y una paciencia a prueba de bombas que da una lección de vida y de moral a los miembros de su comunidad y al mismo Honecker, demuestra que la condición humana a veces es de admirar.