Otro pastelón del cuento de siempre, para los que se lo tragan o hacen como que se lo tragan, llamado dogma e inventado por nuestro querido enemigo, Lars Von Trier alias "me meo en todo el mundo" y aliado con sus locos seguidores.
El flautista de Hamelín que pone al descubierto a toda una serie de criticos vendidos empeñados en proteger el cine europeo (aun a costa de engañar al espectador apoyando películas pésimas) e intelectuales de medio pelo que buscan diferenciarse de las masas para llenar sus vidas tan aburridas como estas películas, que le siguen como si del culto al líder de una secta se tratara.

No caeré en la demagogia barata diciendo que es mejor ver mil veces cualquier película de Indiana Jones que una vez esta película. Primero porque es obvio y segundo porque no seria del todo justo, ya que hay películas que al igual que esta, son pesadas, aburridas, sin ritmo, con actores malos, que se intentan agarrar a las vidas normales sin florituras para parecer interesantes, pero se esfuerzan y no se automutilan mas aun con reglas que se reduce a coger la cámara y filmar en plan porno casero. Pues es esto y poco mas lo que se puede extraer de esta y otras películas similares. En este caso toda la cinta se agarra a la tensión sexual entre la peluquera y un tío que va de triunfador y chulo, por otra parte tarea fácil entre tanto pavo a medio hacer. ¿Donde vas, pichulin?.
Pero mientras, se nos va castigando con unas historias que no importan nada y mucho menos que eso cuanto mas avanza la película, que parece no acabar nunca.

Este cuento a lo mejor colaba en los noventa, pero esto es un timo y el Von Trier un caradura de tomo y lomo.
Se pueden hacer las cosas tranquilas, lentas, pero cuenta algo o hazlo bonito, pon música que no muerde, aunque sea una guitarra rasgada. Me viene a la mente Iñárritu con Amores Perros, 21 gramos o Babel. Da igual que la historia sea la de un tío normal, pero que pasen cosas y por dios, no filmes como si fuera en plan casero, que esto es cine. Estas reglas matan lo que podría ser cine medianamente digerible y lo convierten en proyectos de vete a saber que.

Para hacer lo que hacéis aquí, es mejor las universidades, lugar donde gente de vuestro nivel os adoraran el falo y aplaudirán vuestros trabajos como monos amaestrados. Aquí un humilde espectador que quiere ver cine, sin jugar a desmarcarse de las masas.

Quiero ver un héroe siendo perseguido por una bola gigante, quiero emocionarme al ver pasar besos censurados en la pantalla de una sala de cine, quiero ver un hombre sufriendo de verdad porque el mundo le ha dejado de lado acompañándole en su viaje hacia la locura y la violencia, quiero ver cine y películas como esta danesada que aquí nos ocupa, distan mucho de serlo.