La Saga de Ip Man siempre me ha entretenido, están lejos de ser grandes películas pero sí me resultan entretenidas, con un gran personaje central y grandes coreogafías de pelea. Por ahí su director Yip ha querido mezclar la ficción con algo de la historia real para dar contenido a sus películas. A veces eso funciona y aveces no. En este capitulo IV y final entramos en el debate de que arte marcial es mejor, el Karate japonés o el Kung Fu chino, cada uno con sus diferencias y similitudes, también ese debate sirve para demostrar (de manera torpe) como Estados Unidos había tenido el karate como pilar de sus entrenamientos cuerpo a cuerpo. Así más o menos, con algunas líneas secundarias que muestra el racismo y la falta de comunicación, Ip Man se vale de cualquier propuesta para dar escenas de pelea, y eso lo agradecemos porque es lo que buscamos y queremos de este filme. Las escenas de acción siguen siendo muy buenas menos inspiradas que sus precuelas pero destacando bastante en un par de ellas. Buen trabajo de diseño de producción y apariciones casi anecdóticas de personajes como Bruce Lee y otros suman a la propuesta, y maquillan un poco el pobre desarrollo argumental, algunas muy malas actuaciones, y esas escenas dramáticas que dan grima. En todo caso, para los que han seguido la saga, el filme será un cierre bueno, algo insulso pero conciso y con escenas de pelea voluntariosamente filmadas.