Un filme que ha levantado polémica, algunos la acusaran de ilusa desde su propuesta casi “Russeana” de proponer a unos personajes que viven desde un salvajismo que va en contra del modo civilizado en el que concebimos el mundo moderno. Sin embargo y a pesar de que en esa bandera se mueven los personajes principales, debo indicar que Ross nunca moldea una postura y no es un juez de las perspectivas mostradas por el encuentro de los dos mundos que se dan en el filme. Más allá incluso de la vigorización de una figura como Chomsky visto casi como un Jesús en su ideología libertadora y anarquía poco conductista. Porque sí, la propuesta puede ser que incluso “los no civilizados necesitan creer en algo”. Y el marco social y económico donde se mueve el filme es enorme, pero sobretodo su crítica directa a un sistema educativo encerrado en resultados y honores de cartón, Eso sí es cierto hay mucha dispersión en toda propuesta e incluso algo de irresponsabilidad civil, pero para este servidor dentro de ese paquete, ese servilismo a la Anarquía es lo que genera más diversión. Fuera del campo temático, tenemos a un Viggo que se cree su personaje, su actuación da otro nivel al filme, porque al final el título es todo, él es el capitán de una fantasía llena de utopía, él dentro de su conocimiento, desconoce que está haciendo de sus niños unos extraños con difícil acceso al mundo que tanto le molesta, pero el mundo en el que hay que vivir, exactamente como aquel hombre inadaptado que proponía Freud en sus teorías. También y no podemos olvidar es un filme sobre la pérdida, ¿Cómo continuar siendo familia con la pérdida de un familiar?. Es un filme iluso, pero que hace críticas que deben ser escuchadas, no llega al nivel sublime de Into the Wild, porque Ross lo quiere abordar todo de alguna manera más global, y no centrarse en los cambios internos ni las búsquedas al “yo” desconocido. Para este servidor vale el tiempo, y divierte de paso la propuesta.