El hijo de la novia es una de mis pelìculas preferidas, una pelìcula que me hace reir, pero tambìen me hace llorar desconsoladamente... Llorar de alegrìa, porque trata del amor verdadero, de ese amor, que sin èl, el hombre no podrìa vivir.
...Es una pelìcula redonda, llena de emociones y sentimientos, especialmente comprometida con un trio actoral en estado de gracia.
Pero sobre toda las cosas brilla con luz propia el gran Ricardo Darìn, que demuestra una vez màs que maneja como nadie todos los registros.
Sensibilidad a flor de piel.
El hijo de la novia todo un entramado emocional que difícilmente se puede describir ya en términos culinarios, para hablar así, como debe hacerlo todo buen cine, de lo cercano universal, del fracaso, la hipocresía, las relaciones familiares, la religión, los ideales, la vejez, la enfermedad y el amor, ese amor constante más allá de la muerte en el que, quién más, quién menos, necesita seguir creyendo.