Peter M. Lenkov, guionista de Demolition Man (1993), es el escritor del cómic RIPD, publicado en 2001 y desde esa misma fecha con intención de plasmarlo en imagen real, aunque tampoco es que nadie lo reclamase mucho. Doce años después ha llegado con el alemán Robert Schwentke (RED) como director, y un reparto en el que se dejan ver Ryan Reynolds -también productor ejecutivo-, Jeff Bridges -en un papel que iba a hacer Zach Galifianakis-, Kevin Bacon, Mary Louise Parker y Stephanie Szostak.

Este fin de semana pasado se estrenó en España con dos meses de retraso respecto a su paso por las carteleras norteamericanas, donde logró unas cifras ridículas y unas críticas feroces por parte del público y la crítica especializada. Su coste además es estratosférico, con una inversión de 130 millones de dólares -sin incluir publicidad- de los que no ha recuperado casi ni la mitad en todo el mundo.

Qué cuenta esta RIPD, siglas de Rest in Peace Department: la unión de dos policías, uno de la época actual (Reynolds), otro procedente del Far West (Bridges), tratando de evitar un apocalipsis en la Tierra por parte de un grupo de criminales que se negaron a morir e ir al infierno, vagando entonces por la tierra como zombies haciendo maldades por ahí. El líder de ellos es interpretado por Kevin Bacon, culpable del asesinato del personaje de Reynolds -porque para entrar en el RIPD estar muerto es obligatorio-.

Que RIPD es una castaña resulta obvio leyendo la sinopsis, o si se quiere entrar más en materia, viendo su penoso trailer. No acabo de entender por otra parte porque se la despedaza tanto, si se cambian a Reynolds & Bridges por Will Smith & Tommy Lee Jones, y a los zombies por extraterrestres podría pasar por una entrega de Men in Black, esta una saga de películas bien vistas por muchos.

Las dos son buddy movies de marco sobrenatural, con pareja de colegas policías contra una amenaza fatal, con humor sin mucha gracia, una orgía de efectos especiales -mejores lo de MIB en esto- y con alguna escena de acción aparatosa pero no por ello muy plausible. Ambas son películas vulgares, ciertamente también sirven para pasar el rato -un rato que a buen seguro se puede invertir en hacer alguna cosa mejor como sacar a pasear al perro, o sacarse los mocos-.

A destacar, en realidad nada, la desgana de Ryan Reynolds como actor, lo mal que está por una vez Jeff Bridges, y la inutilidad como director de Robert Schwentke, que tampoco lució mucho con RED, otro cómic que al igual que RIPD combinaba un humor que no te hace reír, con unas escenas de acción que no te hacen vibrar, y en la que también se podía disfrutar de buenos actores en malas interpretaciones.