Se hace difícil verla, y más aún digerirla, es una película incomoda, rara, nada complaciente y sobre todo muy alejada de los clichés del género y desde luego de su protagonista, del que hemos visto varias versiones ; esta, de lejos, es la más visceral, la más realista y desde luego la más desesperante de todo lo que se ha rodado.Aquí sus sucios y sórdidos interiores son de postal y toda una declaración de intenciones.

Mantener el tipo, como protagonista único y omnipresente en prácticamente todo el metraje, es una labor difícil. Aquí Joaquin Phoenix ha tenido el toque divino y el papel de su vida, aprovechado 100% y con extraños y enriquecedores registros, nos muestra la adicción a la maldad y la intimidad de los malos recuerdos, la de un alma atormentada y castigada por la sociedad y perdida en su propio deseo, una mente atroz que explosiona ante la perspectiva más sórdida de la sociedad, me llegan reminiscencias de "Taxi Driver" continuamente. Y, ante todo esto, es un trabajo especialmente incómodo que, sin duda, no será del gusto de todo el mundo.

Realizada de un modo impecable, por un director inspirado, nos queda un conjunto sólido, con varias escenas que serán objeto de estudio en el futuro, y una interpretación, efectívamente, de Oscar, como el que se acaba de llevar (visionado de la película Viernes día 7 de Febrero), no iba a tener rival, si Heath Ledger explotaba su lado sarcástico y violento de una manera brillante, Joaquin Phoenix, tratándose de un mejor actor que su predecesor, nos entrega una amargada y terrorífica interpretación mostrándonos la perturbación y la maldad por imposición de un modo bestial.

Buen trabajo técnico, montaje, sonido y fotografía, un trabajo muy bien realizado.Abstenerse de visionarla quien piense que es una película de Superheroes al uso, aquí el terror es real y la acción inexistente.

Saludos, Javier Toledo