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España España · Tramacastiel
Voto de Luis:
10
Musical. Aventuras. Drama. Comedia Estando Cervantes en la cárcel, tras ser condenado por la Inquisición, sus compañeros de celda intentan robarle El Quijote. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Quijote se puede interpretar de muchas maneras. Se ha dicho que se burla de los ideales caballerescos, que los defiende, que es una novela filosófica e incluso un texto tan pesado que con él se podría asesinar cómodamente a alguien de un golpe. El film de Arthur Hiller, basado en la homónima opereta musical, es ante todo, una historia romántica. Del libro de Cervantes se toma muy poco, sólo los episodios de los molinos de viento (en la película, un sólo molino) y de su muerte desengañada. La relación con Dulcinea es una invención, no existe en la novela como se la muestra en el guión, es decir, como una prostituta de una miserable venta llena de groseros arrieros. Tampoco es el caballero de los espejos el que derrota al hidalgo, sino el de la Blanca Luna, que no aparece en el film.
El argumento, pues, se centra en la oposición sueño-realidad, simbolizada en la voluntad de un viejo loco de que las cosas sean como no pueden ser. Convierte a un molino en gigante, a un ventero en señor de un castillo, a una puta en una dama e incluso a una bacía de barbero en el yelmo de oro de Mambrino.
La estructura es la de una obra de teatro que no oculta su origen. La acción se desarrolla en un espacio reducido. No hay apenas acción ni gran espectáculo, sino diálogos y canciones. Y ahí reside el mérito de esta gran película, absurdamente desdeñada por el público y la crítica. Porque son los brillantes e inteligentes diálogos y la belleza emocional de la sublime música lo que cautiva. El mensaje del film, como el de la opereta, es claro: cuando la realidad es moral y estéticamente vergonzosa es obligado soñar, o sea, ver las cosas como deben ser y no como son .Hay que aspirar a lo imposible cuando lo posible resulta literalmente asqueroso.
El "El hombre de la Mancha" es un canto de redención de todas las injusticias, un aliento de piedad hacia los perdedores y desgraciados. Y una condena del egoísmo y de los que lo defienden con la fuerza bruta.
La película no idealiza la vida, la muestra en su ineluctable sordidez, pero se alza contra el materialismo que domina la conducta de los hombres y afirma algo actualmente tan despreciado como el mundo del espíritu.
Nuestra sociedad, y hoy más que hace cuarenta años, es una especie de tribu de arrieros parecidos a las mulas sobre las que cabalgaban. En ella dominan la voluntad de placer, la falta de escrúpulos a la hora de enriquecerse y la burla hacia todo heroísmo. Se falsean todos los ideales en nombre de lo que combate a muerte don Quijote :el egoísmo, sea personal o de grupo. Por ello esta película es más que una obra maestra musical. Es actual.
Peter O´Toole, actor fuera de serie, encarna genialmente al caballero de la triste figura. Su interpretación, tan dramática como cómica, es perfecta. Sofía Loren compone una falsa Dulcinea rencorosa y humillada, que acaba prefiriendo verse como la ve el hidalgo a aceptarse como en realidad es. Harry Andrews resulta un auténtico ventero, socarrón y James Coco un convincente Sancho Panza.
Este es el musical más hermoso y profundo que he visto jamás.
Luis
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