La propuesta funciona los primeros 40 o 50 minutos, luego la trama se empieza a desgastar. El viaje a la esquizofrenia o no (o como lo quiera interpretar el espectador, a mí no me dieron las luces para más), termina por llegar a exasperar por lo confuso y repetitivo.

Entiendo que hay mucho de meta-mensaje y lo del cine dentro del cine le aporta nivel, como también lo destacable y peculiar en la utilización del recurso del uso temprano del internet (para el año en que se sitúa el estreno de la animación), pero en el conjunto, el guion, no llega a ser del todo contundente y se queda a medias.

Además de tener un final que no me convenció, este tipo de propuestas, por lo general, tienen una narrativa confusa y compleja adrede, en la que su fuerte radica en oscurecer más que en aclarar y, a veces, por no decir casi siempre, esto no hace más que ser negativo porque ese es su único caballito de batalla, lo demás es un mero trámite. Es una gran trampa narrativa y capciosa.

Igualmente la recomiendo, aunque no la considere en lo más alto del panteón de películas de animación, ni muchos esté de acuerdo con la infinidad de halagos que tiene por parte de la crítica, le valoro mucho su propuesta audiovisual por más que no llegue a buen puerto.