No había tenido ocasión de ver esta aclamada película, y ahora que lo hice, me quedó una cierta decepción. Tal vez había magnificado el potencial de esta cinta, pensando que iba a brindar grandes cuotas de dramatismo y emotividad, y la verdad es que ha resultado bastante sencilla. Con esto no quiero decir que sea mala, simplemente que es un sencillo retrato de vida, adornado con algunas anécdotas interesantes (como al fin y al cabo ocurre con la vida de la mayoría de las personas), pero sin caer en excesivas incitaciones al lagrimeo.
En cuanto a los papeles, lo de Morgan Freeman me pareció algo sobreactuado, Jessica Tandy bien y, a mi gusto, Dan Aykroyd hace un papel bastante interesante como el hijo siempre preocupado.
En definitivas, una película bastante simple, como simple suele ser la vida, al fin y al cabo.