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España España · Madrid
Voto de Nexus5:
9
Acción. Ciencia ficción Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue ... [+]
16 de mayo de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrochense los cinturones, el orfebre audiovisual George Miller se erige como un gigante cíclope y se sube con su potente ojo panorámico a un vehículo gigantiásico de pinchos con ruedas descomunales y nos da un garbeo centrífugo a match 3 propulsado por fusión en un planeta extraterrestre en el que cambia la gravedad.

Se aprecia contundentemente como el potente universo creativo de Miller puede ser excelentemente expresado a través de un buen presupuesto, donde se usa cada dólar australiano de manera óptima y respetuosa. Este nuevo enfoque austral se percibe realizado con preciosismo y esfuerzo, a la vez que su acento siempre novedoso de antípoda refresca intensamente, lo que hace ponerse por delante de las cintas Blockbusters de Hollywood, mucho más perezosas y ñoñas.

Visualmente, no hay palabras para describir lo que se llega a ver, la magistralidad operativa ofrece un precioso descubrimiento creativo lleno de hallazgos visuales y serendipias que provocan un zootropo catártico en proporciones Imax de secuencias cuánticas.

El alucinante sonido que envuelve la cinta (es de Oscar a mi entender) es una obra teatral auditiva paralela, donde los vehículos tienen sus propios diálogos y discurren durante mucho tiempo, siendo como un Hamlet construido con rugidos de motores con todos sus personajes llenos de mecanismos.

El espectáculo y catarsis intrínseca de esta cinta se fundamenta en visualizar un guión escueto de manera provocadora sobre la “psicosis social” de la civilización. Toda la estructura narrativa está sumergida en un denso y polvoriento vaho de neurosis en fondo y forma. El despegue de esta cualidad se basa en que solo hay “Ello” freudiano (bajos instintos), no hay “SuperYo” (la moral arcaica) y casi inexiste el “Yo” (la lucha entre ambos), y de esta forma es como el ser humano es expuesto, explorando esa veta de la psicosis y sociopatía que todos tenemos materializada con una fisicidad magistral. Digamos que conecta directamente con la psiquis del espectador en su placer inconsciente inconfesable.

Puede que este producto quizá no esté desarrollado al 110% en cuanto a guión superlativo de grandes hazañas de la historia fílmica pero contiene los elementos necesarios para empaquetar un resultado totalmente satisfactorio más si cabe en este tipo de géneros, que lo es sin duda en mayúsculas.
Nexus5
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