Realmente creo que este es el cine que le gusta a Tarantino y que por alguna razón no se atreve ha hacer. En sus películas la sangre no es real, es light, es tomate a gorgotones, pero en Hostel, donde el aparece en segundo plano, la sangre es auténtica, real como la vida misma.

Me ha gustado esta película inspirada en una web tailandesa que el director Eli Roth encontró en Internet, en dónde se ofrecía a quien estuviera dispuesto a pagar por convertirse en asesino. Cuando uno se dispone a ver este tipo de películas espera ver escenas macabras (que las tiene), escenas sangrientas (que también las tiene), pero aun así lo que más me ha sorprendido ha sido el ambiente, lo claustrofóbico de un lugar recóndito en algún lugar de Eslovaquia. Es cierto que tiene su punto gore, aunque no es tanto como pudiera parecer, apenas son tres las escenas en la que tienes que apartar los ojos de la pantalla porque son espeluznantes, a la vez que necesarias.

Por último destacaría dos cosas: La primera es el final, tremendamente bueno, rotundo, y para colmo no te deja con cara de tonto como en muchas del género. La segunda, que en Hostel el tiempo no corre, vuela, y eso es muy positivo.