Cuando la vi por primera vez me esperaba un pastelazo cursi y almibarado y sin embargo no me desagradó. Me pareció entretenida y los giros argumentales del final me engancharon. La vi con prejuicios y terminó gustándome, por ello en ese momento le habría dado un siete. Pero en un segundo visionado más objetivo tengo que reconocer que se trata de una película comercial, un drama facilón y tópico que funcionó muy bien en su día pero que hoy está bastante olvidada. Aún así me parece una obra entretenida con un reparto competente, una banda sonora eficaz y un mensaje conservador acorde con los tiempos en los que se estrenó.

Richard Gere alcanzó la condición de sex symbol gracias al éxito del film en el que aparece generosamente desnudo exhibiéndose en cuando tiene ocasión. Interpreta a un díscolo recluta aspirante a oficial de la marina que sufrirá los rigores de un duro sargento que le tiene ojeriza, pero en el fondo de buen corazón, y se enamorará de una de las lugareñas que viven bajo el sambenito de ser unas busconas que solo pretenden quedarse embarazadas para pescar a un oficial, casarse con él y cambiar de aires.