En 1993 la expectación era máxima cuando dos de los directores más en forma del momento unieron sus fuerzas en un proyecto común llamado Un mundo perfecto. Ambos estaban en la cresta de la ola, Eastwood venía de ganarlo todo con Sin perdón y Costner había hecho lo propio unos años antes con Bailando con lobos. Sin embargo una vez vista el resultado en general fue decepcionante. Ni convenció al público ni encandiló a toda la crítica. No fue un fracaso pero tampoco fue esa obra maestra que todos esperaban. Cuenta la historia de un prófugo que se escapa de un penal con un niño como rehén. Durante su huida ambos estrecharán lazos de amistad mientras la policía les pisa los talones.

Se supone que la historia tiene que ser entrañable con un final supuestamente emotivo pero en mi opinión hay algo que no funciona. El personaje interpretado por Costner no me parece tan cálido y fraternal como para despertar las simpatías del espectador. Se trata de un tipo problemático con una infancia difícil que mantiene una relación de amistad con un chaval que ve en él al padre que nunca tuvo. (spoiler)

A pesar de todo la película resulta entretenida y el trabajo de los actores es muy bueno, en especial el de Kevin Costner, que se pasa todo el tiempo fumando y al que le queda muy bien ese look macarrilla que lleva, y el del chaval que le acompaña que tiene una gran expresividad. Eastwood es el duro ranger de Texas que les persigue ayudado por una psicóloga encarnada por una guapa Laura Dern en la cima de su carrera.