Locked Down (2021), del productor y director de larga trayectoria Doug Liman, es una comedia romántica que se combina con el robo de un diamante, todo durante la cuarentena más estricta en Londres. Con Chiwetel Ejiofor y Anne Hathaway.

Por Nicolás Bianchi

Ni las comedias románticas ni las películas de robos suelen durar dos horas. Son géneros que se resuelven mejor en menos tiempo, con un promedio ideal de 90 minutos o incluso menos. En los 118 minutos de Locked Down conviven dos películas distintas con los mismos personajes, como si sus realizadores no se hubieran decidido por cuál de los caminos querían transitar.

La primera es una comedia romántica en pandemia. Paxton (Ejiofor) y Linda (Hathaway) viven en la misma casa aunque están separados. La pandemia y la cuarentena, el lock down en Londres, los obliga a una convivencia que ya no es deseada. Duermen en camas y habitaciones separadas, prácticamente no tienen contacto y solo dialogan cuando alguno de los dos se aventura a ir a algún mercado para comprar víveres.

En su forma de vida anterior ambos conformaban una pareja despareja. Paxton trabaja como chofer para una compañía de fletes, lee poesía en su tiempo libre y tiene adoración por su moto, en la que gusta pasear con una espléndida chaqueta de cuero. Linda, en cambio, es la CEO de la sede londinense de una empresa multinacional y desde que empezó la cuarentena pasa los días en reuniones vía Zoom en las que, entre otras tareas desagradables, debe comunicar una masiva tanda de despidos a sus compañeros.

En el jardín de su coqueta vivienda suburbial Paxton descubre que crece una variante del opio, quizás por obra de los hippies que allí moraban en los 70, y recurre al jugo que puede extraer de uno de esos frutos para poder conciliar el sueño. La cuarentena produce en el moreno y musculoso hombre insomnio. A la vez Linda pasa los días maquillada y vestida como ejecutiva de la cintura para arriba y en pantalón pijama y sandalias. En los intervalos de las reuniones virtuales fuma como una chimenea, hábito que retomó luego de diez años.

Los momentos más tediosos de esta primera parte son aquellos en los que los personajes, como prácticamente no dialogan entre ellos, mantienen distintas conversaciones por Zoom. Las imágenes pixeladas y por momentos congeladas de las reuniones acaparan la pantalla más tiempo de lo deseable. Las participaciones de Ben Stiller y Ben Kingsley como los superiores de Linda y Paxton respectivamente vía plataforma virtual parecen un derroche. Son solo cameos. Lo mejor entre ambos surge cuando se embarcan en ‘tormentas de confesiones’, como ellos la llaman, o sea cuando comienzan a contarse que tras muchos años, por ejemplo, volvieron al consumo de distintas sustancias.

El problema es que lo que comienza a acercar a los personajes, maniobra necesaria en una comedia romántica, es un posible robo de un diamante que vale tres millones de libras, en el que se combinarían el trabajo de Linda como ejecutiva y el de Paxton como chofer. Entonces en la segunda hora la pandemia y el Zoom pasan a un segundísimo plano (por suerte) mientras ambos, ya desbocados, se embarcan en una nueva aventura conjunta que se cuenta también en clave de comedia.

Además de su desajuste estructural, Locked Down no presenta una pareja con mucha química. Hathaway, más que su personaje, luce particularmente desbordada como actriz cuando interpreta a una mujer presa de la neurosis mientras que Ejiofor no logra encajar del todo con el tono tragicómico que pretende instalar la película. En el apuro por contar lo actual y urgente Locked Down descuidó lo básico del género con el que pretende contar el encierro que vive gran parte del mundo.