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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Drama Richard Nixon fue uno de los presidentes más controvertidos de los EE.UU. Mientras que para algunos representó, a raíz del Caso Watergate (1973), lo peor de la democracia americana; para otros fue un gran estadista que contribuyó a poner fin a la Guerra Fría. (FILMAFFINITY)
7 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por Nicolás Bianchi

Richard Nixon es el único presidente de la historia de los Estados Unidos que renunció. La decisión fue tomada para aliviar su situación legal ya que estaba comprometido en el famoso Watergate, un caso en el que, fundamentalmente, se lo acusaba a él y a sus más cercanos funcionarios de montar un aparato ilegal de escuchas para espiar a políticos opositores, líderes sociales e incluso a miembros de su propio gobierno para luego acosarlos con esa información.

La obra de Oliver Stone lo ubica en el contexto de la historia, lo retrata y realiza una suerte de juicio público, aunque se corra a la hora de dictar sentencia. La película es monumental, por su duración de tres horas y media y por sus pretensiones de explicar la historia de Estados Unidos a partir de un presidente pero también de un político que estuvo 20 años o más en la primera línea del debate en su país.

El caso del asesinato del presidente John Kennedy es para Stone el hecho fundamental a través del cual se pueden explicar los 50, los 60 y los 70. En Nixon el director retoma varios de los hilos que enhebró en la también gigantesca JFK (1991), aunque cambia el punto de vista. Ahora el centro está puesto en el poder y sus personajes centrales. Nixon es una película que transcurre en el palacio y no en las calles aledañas. Los protagonistas son presidentes, secretarios y altos funcionarios. Los periodistas e investigadores, focales en JFK, son ahora extras.

La línea temporal del film va desde la campaña electoral del 60, en la que Kennedy derrota a Nixon, hasta la renuncia del presidente en el 74. En distintos momentos Stone inserta flashbacks en blanco y negro para retratar la infancia y la juventud de su personaje central. Quizás esos momentos sean los menos logrados. Resalta el origen humilde de Nixon, aunque el personaje en el presente de la película lo reitera tanto que esas escenas se podrían haber obviado. Incluyen una secuencia, un tanto torpe, en la que Nixon de niño roba unos cigarrillos y le miente a su madre, como si fuera el origen de algún tipo de mal innato. También se contrasta al político veterano con su padre, un cuáquero recto del que su hijo luego dice: “Mi padre era tan honesto que cuando murió no tenía plata en el banco”.

Stone expone una historia a la que quiere darle un tono verídico constantemente. Por eso el blanco y negro para el pasado, o la textura de las imágenes que muestran secuencias como si se tratara de un programa de investigación periodística. De todas maneras, los momentos más logrados, de los que hay varios, son aquellos en los que utiliza recursos cinematográficos clásicos, cuando encuadra tradicionalmente al personaje y lo exhibe, lo pone a consideración de la audiencia.

La tesis del director hace foco en el asesinato de Kennedy. Previamente Nixon, brillantemente interpretado por Anthony Hopkins, se reúne con un grupo de simpatizantes en Texas, en dónde le sugieren que quizás la presidencia del demócrata no llegue a término. Son empresarios del petróleo, ultra conservadores, extremistas de derecha. Son demonios con los que Nixon se relaciona pero a los que no puede controlar. La muerte de Kennedy es la puerta de ingreso de los monstruos a la escena de la política.

Un concepto que parece reiterarse en el film es el de Nixon un tanto sobrepasado por los sistemas que están en funcionamiento. Él monta en parte el aparato de espionaje que termina con su ruina pero no lo controla por completo. Cuando hay manifestaciones contra la guerra de Vietnam, él llama vagos a los jóvenes que marchan, aunque no ordena los asesinatos por parte del ejército que finalmente ocurren. Su mismo poder está en entredicho cuando discute con una joven estudiante que está en contra de la guerra. Nixon es retratado por Stone como una pieza de un sistema, quizás la más importante circunstancialmente, pero que no tiene control de la máquina.

En la que quizás sea la mejor escena de la película Nixon se entrevista con Helms, el titular de la CIA, interpretado magistralmente por Sam Waterstone. El presidente, infructuosamente, había tomado una serie de medidas para poder controlar al organismo de inteligencia, por lo que recurre en persona a hablar con su director. Quiere información más directa y que le provean seguridad con respecto a la divulgación de datos que lo vinculan con la invasión de Bahía de los Cochinos, ordenada cuando Nixon era vicepresidente de Eisenhower. Helms representa a los poderes permanentes que están más allá de los presidentes, y él se ve a sí mismo como el garante de la lucha contra el comunismo. Hay fenómenos que se han vuelto orgánicos, le explica Helms a un azorado Nixon, crecen, evolucionan, generan apetitos. En una toma muy extraña Helms, que tiene su despacho lleno de flores, inhala el aroma de una de ellas y sus ojos se ven artificialmente ennegrecidos, como si estuviera poseído. Luego le recita parte del poema de Yeats que encabeza la reseña. “¿Qué tosca bestia, su hora llegada al fin, se arrastra hacia Belén para nacer?”, cierra Helms ante un personaje que comprende, categóricamente al fin, que hay monstruos que no va a poder domar.

El retrato de Nixon es piadoso en el sentido de que no lo muestra como un personaje unidimensional abocado a hacer el mal, sino como un hombre que duda, cavila, elige entre opciones que siempre se le presentan como malas o peores. Detrás de él se prenden fuego las selvas vietnamitas, los gobiernos populares de América Latina y las escalinatas de Washington, con cientos de miles de manifestantes. Nixon se contempla ante el retrato de Lincoln y le dice que la muerte es necesaria, antes y ahora. Se para frente al de Kennedy y no logra superar la envidia. Kennedy fue un joven rico nacido en el establishment, apuesto y celebrado como un héroe. Nixon carga con el peso de haber sido pobre y haber nacido en un paraje remoto de California. “Cuando te miran a ti ven lo que quieren ser, cuando me miran a mi ven lo que son”.
El Golo Cine
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