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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
7
Drama Argentina, años 60. Desde el accidente, Luisa no ha podido rearmar su vida. Pero cuando un misterioso y seductor desconocido entra en su vida y le propone con vehemencia volver a empezar, Luisa se enfrenta con el duelo que venía intentando evitar. (FILMAFFINITY)
5 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En La luz incidente (2015), escrita y dirigida por Ariel Rotter, se realiza un ejercicio de fotografía que por momentos supera el avance de la trama narrativa. ¿Puede una mala escena arruinar una muy buena película?

Por Nicolás Bianchi

Desde su título, un término técnico de fotografía, la película advierte parte de su esencia. La luz incidente es, sobre todo, una propuesta estética muy bien lograda. La historia transcurre en algún momento indefinido entre los años 50 y 60 y sucede en distintos interiores, fundamentalmente en la casa de Luisa (Érica Rivas), la protagonista.

De a poco se nos cuenta que Luisa viene de vivir una tragedia familiar en la que perdió a su hermano y su marido. Vive con sus dos hijas y una empleada doméstica (Rosana Vezzoni) que es lo más parecido a una relación de amistad en su vida. Su madre (Susana Pampín) la visita asiduamente y la insta a continuar con su vida.

Así es como Luisa va, sola y vestida de negro, a un casamiento en el que conoce a Ernesto (Marcelo Subiotto), un hombre un poco mayor a ella, soltero y con un gran deseo de formar una familia. Rápidamente Ernesto se enamora y comenzará la puja entre el pasado y el futuro, entre el peso de la muerte y la posibilidad de una nueva vida, entre la oscuridad y la luz.

En gran parte de la película la estructura está compuesta por la brillante actuación de Érica Rivas y las distintas tomas de su intimidad y su dolor. Como se puede ver en las fotografías La luz incidente es en blanco y negro, y probablemente no podría haber sido de otra manera. Una parte de lo que cuenta está en el uso de ese espectro de colores (o de falta de).

Lo que la narración debe resolver es el encuentro entre dos opuestos. Luisa, distante y negativa por un lado, Ernesto, alegre y obstinado por el otro. La época provee el vestuario y el mobiliario. No sabemos a qué se dedican pero ambos personajes son ricos y no están acuciados por ninguna necesidad material. La historia, entonces, es pequeña y sencilla. Solo una incipiente relación entre dos opuestos terciada por la madre y una empleada doméstica. Podría ser una obra de teatro.

Pero es una película que en un momento logra que su narración esté a la par del dispositivo fotográfico. Lamentablemente ese bienestar que logra el relato dura poco. En una escena clave para la resolución del conflicto, en la que los personajes se están tomando unas fotografías, se pierde el tono, las actuaciones se desdibujan, se acaban las elipsis que habían funcionado bien. Puede haber sido un intento para insertar un poco de alivio cómico que no funcionó. O quizás se quiso resaltar todo lo que se venía contando. No lo sabemos pero es una lástima porque esa escena embarra una película en la que hasta los títulos del final son lindos de ver.

De todos modos la propuesta estética de La luz incidente resulta sumamente interesante y está sostenida por muy buenos trabajos no solo de Rivas sino también de Subiotto y Pampin. La película fue una de las mejores producciones argentinas de 2015 y obtuvo varios premios en los festivales de La Habana y Mar del Plata.
El Golo Cine
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