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Voto de El Golo Cine:
5
7,9
188.353
Acción. Aventuras. Drama
En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2020
0 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A 20 años de su estreno una revisión de Gladiator (2000), de Ridley Scott. Un buen comienzo que se desgrana a partir del segundo acto. El papel que catapultó a Russell Crowe al estrellato.
Por Nicolás Bianchi
En una entrevista con la BBC el actor australiano Russel Crowe contó que cuando comenzaron a filmar Gladiator el guión tenía solo 21 páginas, cuando lo esperable es que sean aproximadamente 110. En otras palabras, el rodaje comenzó cuando el argumento de la película todavía no estaba definido. “Hubo un momento en el que Ridley tuvo que dar un día libre al equipo porque, sencillamente, no sabíamos que íbamos a rodar al día siguiente”, comentó Crowe.
Al rever la película se nota la improvisación. El primer acto, de todas maneras, es convincente y está sólidamente planteado. La película comienza en los momentos previos a una batalla entre el ejército romano y fuerzas bárbaras en Germania. Allí se presenta al general Maximus (Crowe), quien a la vista es el único que no lleva capucha o casco. Recorre las filas de su ejército y los soldados lo miran con respeto y admiración. Antes de que comience el enfrentamiento dialoga con uno de sus subalternos a quien le plantea que puestos en la situación de los germanos, es probable que ellos hicieran lo mismo, resistirían a la dominación. Luego cuando imparte órdenes a la caballería, Maximus devela su propósito. Su principal interés reside en volver a su casa para poder trabajar en la cosecha y estar junto a su esposa y su hijo. A continuación, los ataques con catapultas, flechas y ballestas a las filas bárbaras emulan a la de un bombardeo moderno.
Mientras Maximus se muestra confiable, valeroso e independiente, tanto por lo que dijo como por lo que hace cuando comienza la batalla, comienza la presentación de su antagonista Commodus (Joaquin Phoenix), quien viaja junto a su hermana en un carruaje lujoso y lo único que desea es que se produzca su ascenso como emperador una vez que su padre Marcus Aurelius (Richard Harris) muera, para lo que, se entiende, no falta mucho.
Una vez consumada la victoria romana sobre los germanos el general camina por el campamento donde observa a los soldados heridos y luego se detiene a conversar con un grupo de senadores que están hablando de política. Cuándo le preguntan si cree que la república debería volver como forma de gobierno a Roma, Maximus reitera que sus intereses son solo tres: la cosecha, su esposa, su hijo. La reunión es interrumpida por el arribo de Commodus que se aparta para conversar a solas con Maximus para plantearle la situación opuesta a la que elaboran los senadores. Roma necesita otro emperador fuerte que va a ser él, el legítimo heredero de su padre. Maximus escucha y asiente sin la más mínima empatía.
Al día siguiente, Maximus camina por el campamento y antes de llegar adonde se dirige observa que Commodus está entrenando con un grupo de hombres. No se presentó para la batalla contra los germanos pero alguna habilidad con la espada parece tener, lo que va a ser importante mucho más adelante. Ya en la carpa del emperador, Marcus Aurelius, próximo a morir, le ofrece a Maximus ser el protector de Roma ya que no confía en su hijo Commodus. Maximus lo tiene que pensar. El ofrecimiento es concreto pero no termina de ser aceptado porque eso lo desviaría del plan de cosecha, esposa e hijo. Esa misma noche, el emperador cita a su hijo Commodus y le cuenta sus planes. Marcus Aurelius se confiesa con él: “Tus defectos como hijo son mis defectos como padre”. Luego de romper en llanto Commodus le reprocha la falta de amor paterno y lo mata al ahogarlo con un abrazo, con la pasión que a él le hubiera gustado recibir pero que ahora el anciano no puede soportar.
Maximus es despertado por su escudero quien lo informa de la muerte del emperador. Frente al cuerpo de Marcus Aurelius, en algo que parece un velorio, Commodus le exige a Maximus que le jure lealtad a él, el nuevo emperador. Maximus lo desaira y entonces Commodus ordena que lo maten a él y a su familia. Cuando se llevan a Maximus para su ejecución, el general mata a sus captores y logra escapar a pesar de haber sido gravemente herido. Emprende rápidamente el viaje a caballo a su hogar pero llega demasiado tarde. Los campos linderos con su casa fueron quemados y arrasados. Su esposa y su hijo están muertos, crucificados en el arco que se ubica en la entrada de la propiedad. Ya no hay cosecha posible ni familia, el personaje no tiene más motivación. Maximus entierra a su familia y se desmalla junto a los túmulos de tierra.
Por Nicolás Bianchi
En una entrevista con la BBC el actor australiano Russel Crowe contó que cuando comenzaron a filmar Gladiator el guión tenía solo 21 páginas, cuando lo esperable es que sean aproximadamente 110. En otras palabras, el rodaje comenzó cuando el argumento de la película todavía no estaba definido. “Hubo un momento en el que Ridley tuvo que dar un día libre al equipo porque, sencillamente, no sabíamos que íbamos a rodar al día siguiente”, comentó Crowe.
Al rever la película se nota la improvisación. El primer acto, de todas maneras, es convincente y está sólidamente planteado. La película comienza en los momentos previos a una batalla entre el ejército romano y fuerzas bárbaras en Germania. Allí se presenta al general Maximus (Crowe), quien a la vista es el único que no lleva capucha o casco. Recorre las filas de su ejército y los soldados lo miran con respeto y admiración. Antes de que comience el enfrentamiento dialoga con uno de sus subalternos a quien le plantea que puestos en la situación de los germanos, es probable que ellos hicieran lo mismo, resistirían a la dominación. Luego cuando imparte órdenes a la caballería, Maximus devela su propósito. Su principal interés reside en volver a su casa para poder trabajar en la cosecha y estar junto a su esposa y su hijo. A continuación, los ataques con catapultas, flechas y ballestas a las filas bárbaras emulan a la de un bombardeo moderno.
Mientras Maximus se muestra confiable, valeroso e independiente, tanto por lo que dijo como por lo que hace cuando comienza la batalla, comienza la presentación de su antagonista Commodus (Joaquin Phoenix), quien viaja junto a su hermana en un carruaje lujoso y lo único que desea es que se produzca su ascenso como emperador una vez que su padre Marcus Aurelius (Richard Harris) muera, para lo que, se entiende, no falta mucho.
Una vez consumada la victoria romana sobre los germanos el general camina por el campamento donde observa a los soldados heridos y luego se detiene a conversar con un grupo de senadores que están hablando de política. Cuándo le preguntan si cree que la república debería volver como forma de gobierno a Roma, Maximus reitera que sus intereses son solo tres: la cosecha, su esposa, su hijo. La reunión es interrumpida por el arribo de Commodus que se aparta para conversar a solas con Maximus para plantearle la situación opuesta a la que elaboran los senadores. Roma necesita otro emperador fuerte que va a ser él, el legítimo heredero de su padre. Maximus escucha y asiente sin la más mínima empatía.
Al día siguiente, Maximus camina por el campamento y antes de llegar adonde se dirige observa que Commodus está entrenando con un grupo de hombres. No se presentó para la batalla contra los germanos pero alguna habilidad con la espada parece tener, lo que va a ser importante mucho más adelante. Ya en la carpa del emperador, Marcus Aurelius, próximo a morir, le ofrece a Maximus ser el protector de Roma ya que no confía en su hijo Commodus. Maximus lo tiene que pensar. El ofrecimiento es concreto pero no termina de ser aceptado porque eso lo desviaría del plan de cosecha, esposa e hijo. Esa misma noche, el emperador cita a su hijo Commodus y le cuenta sus planes. Marcus Aurelius se confiesa con él: “Tus defectos como hijo son mis defectos como padre”. Luego de romper en llanto Commodus le reprocha la falta de amor paterno y lo mata al ahogarlo con un abrazo, con la pasión que a él le hubiera gustado recibir pero que ahora el anciano no puede soportar.
Maximus es despertado por su escudero quien lo informa de la muerte del emperador. Frente al cuerpo de Marcus Aurelius, en algo que parece un velorio, Commodus le exige a Maximus que le jure lealtad a él, el nuevo emperador. Maximus lo desaira y entonces Commodus ordena que lo maten a él y a su familia. Cuando se llevan a Maximus para su ejecución, el general mata a sus captores y logra escapar a pesar de haber sido gravemente herido. Emprende rápidamente el viaje a caballo a su hogar pero llega demasiado tarde. Los campos linderos con su casa fueron quemados y arrasados. Su esposa y su hijo están muertos, crucificados en el arco que se ubica en la entrada de la propiedad. Ya no hay cosecha posible ni familia, el personaje no tiene más motivación. Maximus entierra a su familia y se desmalla junto a los túmulos de tierra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hasta aquí la película tiene cimientos firmes. Se presentó a los personajes principales de manera contundente. Maximus representa valores muy distintos a los de Commodus. El motivo del protagonista a partir de ahora, o sea la venganza, se desprende naturalmente de lo que se mostró. Quizás en este punto se les terminó el guión. Los sucesos cobran, a partir de aquí, un rumbo más azaroso. Sin ningún tipo de justificación Maximus, al borde de la muerte, es capturado por un esclavista que entrena gladiadores, que a la vez va a ser su mentor. Una vez instaurado como emperador, luego de una coronación que tiene reminiscencias nazis por los estandartes y la formación de los militares, Commodus dictamina la reapertura de los juegos, de las luchas de gladiadores, lo que en el mediano plazo va a llevar a Maximus a Roma. Eso funciona bien. El personaje movido por la ambición socava su propio destino.
Luego es fundamental el rol que adquiere la plebe romana, la multitud. Es el escudo que tiene Maximus contra Commodus. Por consejo de su mentor-esclavista Proximus (Oliver Reed), el general devenido gladiador le aconseja que se gane el favor de la gente. No está mal, ya que Commodus es un emperador recién asumido cuyo poder está en discusión, por lo que necesita de la simpatía popular para consolidarse. El problema es que Maximus gana el apoyo del público sin hacer otra cosa que luchar y sobrevivir. El diálogo y la presentación en torno al rol de la plebe es más necesario para los espectadores de la película que para los personajes. Maximus tiene que pelear. Si pierde muere. Si gana la gente lo aplaude y comienza a idolatrarlo.
Como antagonista Commodus se desintegra a medida que avanza el film. Es difícil de sostener su carácter aniñado y sus histerias con el rol de dictador impiadoso que ocupa. Los personajes comienzan a tomar decisiones inexplicables que tienen como único fin el enfrentamiento final entre Maximus y Commodus. En sí esa escena no tiene justificación. Commodus había desbaratado el plan de complot de Maximus y su hermana, su poder estaba en alza, no tiene ninguna necesidad de exponerse en la arena frente al gladiador, por más que con sus trampas cree que corre con ventaja. De la misma manera, hay otros aspectos del film que luego del primer acto aparecen descolgados.
Los primeros cuarenta minutos tienen una construcción sólida. Cada escena aporta información sobre los personajes, sus motivaciones y características. Luego la película pierde fuerza. El centro de la escena es tomado por los decapitamientos, los chorros de sangre y los torsos lacerados, lo cual no parece haber sido la primera intención de un film que se presenta con más pretensiones. De todas maneras, Gladiator fue un éxito de taquilla y obtuvo 5 premios Oscar en 2001, entre ellos el de mejor película.
Luego es fundamental el rol que adquiere la plebe romana, la multitud. Es el escudo que tiene Maximus contra Commodus. Por consejo de su mentor-esclavista Proximus (Oliver Reed), el general devenido gladiador le aconseja que se gane el favor de la gente. No está mal, ya que Commodus es un emperador recién asumido cuyo poder está en discusión, por lo que necesita de la simpatía popular para consolidarse. El problema es que Maximus gana el apoyo del público sin hacer otra cosa que luchar y sobrevivir. El diálogo y la presentación en torno al rol de la plebe es más necesario para los espectadores de la película que para los personajes. Maximus tiene que pelear. Si pierde muere. Si gana la gente lo aplaude y comienza a idolatrarlo.
Como antagonista Commodus se desintegra a medida que avanza el film. Es difícil de sostener su carácter aniñado y sus histerias con el rol de dictador impiadoso que ocupa. Los personajes comienzan a tomar decisiones inexplicables que tienen como único fin el enfrentamiento final entre Maximus y Commodus. En sí esa escena no tiene justificación. Commodus había desbaratado el plan de complot de Maximus y su hermana, su poder estaba en alza, no tiene ninguna necesidad de exponerse en la arena frente al gladiador, por más que con sus trampas cree que corre con ventaja. De la misma manera, hay otros aspectos del film que luego del primer acto aparecen descolgados.
Los primeros cuarenta minutos tienen una construcción sólida. Cada escena aporta información sobre los personajes, sus motivaciones y características. Luego la película pierde fuerza. El centro de la escena es tomado por los decapitamientos, los chorros de sangre y los torsos lacerados, lo cual no parece haber sido la primera intención de un film que se presenta con más pretensiones. De todas maneras, Gladiator fue un éxito de taquilla y obtuvo 5 premios Oscar en 2001, entre ellos el de mejor película.