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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Terror Ésta es una de las primeras versiones sobre el mítico vampiro. Fue realizada por la Universal, productora especializada en el cine de terror. El conde Drácula abandona los Cárpatos y se traslada a Occidente, llevándose como sirviente a un contable. Una vez instalado, se enamora de una joven que ya está prometida. Empieza a a visitarla por las noches y va bebiendo su sangre poco a poco para convertirla así en su esposa. Pero el malestar ... [+]
4 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La célebre primera representación cinematográfica del clásico personaje de Bram Stoker llegó al cine en una producción de Universal estrenada en 1931. La vida de noche, la predilección por las jóvenes damas y su procedencia extranjera delinean la figura del personaje.

Por Nicolás Bianchi

La más maravillosa música es aquella de las criaturas de la noche, dice el personaje interpretado por el rumano Bela Lugosi, ante la impavidez de los ingleses victorianos que lo escuchan. El aullido de los lobos, el zumbar del viento y algunos otros sonidos ominosos son toda la ambientación con la que cuenta la película, una de las primeras del género de terror en la por entonces nueva etapa del cine sonoro.

No hacen falta cortinas musicales que añadan impacto. La puesta en escena, el juego con la niebla y la luz, o más bien su falta, y las poses en las que el director Tod Browning toma a su personaje construyen a un monstruo siempre amenazante y en control de lo que lo rodea. La expresividad de Lugosi, con una estampa de prócer del siglo XIX, es el último ingrediente.

El monstruo está en control desde el principio. Cuando el inocente Renfield (Dwight Frye) llega a la residencia en Transilvania el director nos muestra a Drácula en el tope de una escalera larguísima. Está por encima de su invitado en todo sentido, y en absoluto control de la situación. El monstruo tiene poder, y ahí reside parte de su capacidad de generar terror.

Es, además, el opuesto a lo que se esperaba de un hombre de bien. Vive de noche, convive con tres jóvenes y bellas mujeres que lo adoran, y representa lo antiguo y extranjero. Castillos en ruina, tierra de su lugar natal, modales ampulosamente anticuados aunque, al parecer, corteses configuran su entorno y su personalidad. Hay en Drácula algo que acecha y viene de afuera del lugar, por su extranjería, y del tiempo, por su inmortalidad.

El conde ejerce también una amenaza sobre las mujeres, y por lo tanto es rival de los demás hombres. Mina (Helen Chandler) es el botín último, la más bella de las jóvenes doncellas, la princesa en el sentido de lo que significa para la narración. Su también joven novio Harker (David Manners) no es oposición para el monstruo, que lo desorienta con facilidad.

Drácula encuentra algo parecido a un igual en Van Helsing (Edward Van Sloan), que comparte con él dos características. Primero es extranjero, alemán en este caso, y segundo es veterano, aunque no como el conde que es inmortal. Pero la experiencia aquí es sabiduría y Van Helsing conoce como afectar y, en definitiva, matar a la bestia. Los puntos débiles también proporcionan información sobre las características del monstruo. Aberra los crucifijos (lo que pone a la religión católica en un sitial destacado), la luz del día y también rechaza los espejos.

El monstruo, en definitiva, no puede tolerar parte de su ser. En la misma escena en la que habla sobre la música de las criaturas de la noche el conde luego expresa, para sorpresa de su audiencia: ‘qué sublime debe ser estar muerto por completo’. La secuencia concluye con un primer plano de Drácula en el que ya no se muestra amenazante sino sufriente. La alteración de la muerte, de lo natural, es a su vez monstruosa para el vampiro más antiguo. La muerte es, también, la cura para el monstruo.
El Golo Cine
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