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España España · Jaén
Voto de JACHi:
1
Drama Clara, una ex-crítica musical de Recife de 65 años, vive retirada en un edificio particular, el Aquarius, construido en la década de 1940 sobre la chic Avenida Boa Viagem, que bordea el océano. Un importante promotor ha comprado todos los apartamentos, pero ella se niega a vender el suyo y emprende una guerra fría contra la empresa que la acosa. La estresante situación le perturba y le lleva a pensar en su vida, en su pasado, en sus seres queridos. (FILMAFFINITY) [+]
7 de mayo de 2017
9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indudablemente, estamos ante carne de ciclo de cine universitario. El problema es que ya no estamos en los 90, y todo el mundo sabe ya que esos ciclos son una puta mierda.

¿Sabrá el director, o los críticos elogiosos de DOÑA CLARA, lo que es el ritmo cinematográfico? ¿Saben que una película no debe durar catorce horas, porque de ser así sería cine experimental? Pues bien, si supuestamente conocen el concepto de ritmo, también sabrán que tomarse dos horas y media para contar ESTA historia es poco menos que darse demasiada importancia. Escuchar a la actriz principal decirlo todo - absolutamente todo- a cámara lenta es un verdadero ejercicio de paciencia que desaconsejo a todos mis amigos, si alguno me está leyendo (mis enemigos, que por favor la vean y se la compren).

Ya que hablamos de la actriz, y de sus admiradores que por aquí comentan, señalar que parece que no actúa. Ni ella ni nadie en la película. Lo hacen y dicen todo con tal parsimonia y dejadez, que parece todo medio improvisado... No, no es un halago. Dan una mezcla de pereza, de desesperación, y de vergüencilla ajena. En fin, la dirección de actores pésima, pero la otra, también poco fina. A lo largo del metraje podréis observar como doce o trece momentos (por lo menos) en los que ocurre algo, se enfoca a un sitio, se focaliza la acción en alguien, en un gesto... y que joder, el director habrá comprendido qué quería decir de puta madre, pero yo no he entendido un carajo. Tanto cine de tito Norris me ha reblandecido el cerebro, parece.

Y ahora, cómo no, hablemos de la tal doña Doña. Personaje del que estos guionistas, estos productores, y estos artistas han tomado la decisión de hacer apología, viendo en él cualidades loables y merecedoras de... pues eso, de hacerle toda una película. El que firma, va a combatirlo con el único medio a su alcance: su teclado de ordenador.

Bien. En UP ya tuvimos la desgracia de padecer a uno de esos viejos tercos y entrañables, cuyo empecinamiento contra la injusticia les lleva a padecer sufrimientos y a... no sé, encontrarse a sí mismos al final. Claro que los de Pixar son buenos, y ese enfrentamiento entre el abuelete y la malvada constructora tiene una duración aproximada de cinco minutos. Después, los guionistas optan por hacer avanzar la trama, y no apalancar al respetable en la aburrida cabezonería de un anciano, por muy adorable que sea o pretenda ser.

En DOÑA CLARA no. El listo muy listo de Kleber prefiere hacer que dicho conflicto se prolongue algo más de dos horas, prácticamente la totalidad de la cinta. Todo esto para ensalzar los valores de la señora de marras, que son... son...

No tengo ni idea de cuáles son. Que es testaruda y más cerrada que un edificio de la Junta un día de puente ya nos hemos dado cuenta nada más ver el trailer. Pero aparte de eso... Veréis, para provocar simpatía o ternura mediante un personaje cascarrabias o de carácter rígido, primero (o después, pero en algún momento) hay que mostrar su lado blando, su lado cariñoso. Su generosidad, su grandeza de espíritu, su fortaleza... (es un recurso muy clásico, si se hace bien, naturalmente). Y yo a Doña Clara no la he visto así. He visto a una amargada insoportable que mira a todos sus inferiores (o sea, todo el puto mundo, según ella) con un desprecio y altivez que resultan francamente antipáticos. Es cruel con sus hijos, practica el chantaje emocional con todos los que la rodean, es insegura, y trata de hacer sentir culpable a todos por su desgracia (en este caso, un cáncer que ya debió haber superado psicológicamente hace unas cuantas décadas). Es una tipa muy maleducada cuya estabilidad emocional se hace difícil de llevar, y por supuesto, de entender. Pero eso sí, se ofende si no la entienden a la primera, y pone ojos y estira cuello como pensando "cómo puede esta persona no comprender lo que siento, será asquerosa".


(Sigo en 'spoiler' por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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