El film de Chavarrías, bien dirigido, mejor interpretado, con buena ambientación histórica y fotografía, comienza en plena guerra civil española, para pasar después a los manejos de Mercader y su madre




para acercarse al líder bolchevique con el fin de asesinarlo. Es un episodio central del pasado siglo, ya llevado a la pantalla por Losey y a la literatura por Leonardo Padura.
Esta cinta está muy bien llevada aunque a mi juicio le falta ritmo. Los tejemanejes del comunismo soviético para acabar con el traidor están bien escenificados, a resaltar el nivel de vida que el partido proporciona a la familia Mercader. Conocía la personalidad de la madre,Caridad,, sobre la que se acaba de editar un biografía que no he leído. México en 1940 era un hervidero de exilados españoles, como Prieto y sus seguidores moderados del PSOE.
El papel del protagonista está muy bien definido, desde su adaptación al medio para ir sacando información a la secretaria del viejo hasta un final en el que se enamora de ella y le asaltan las dudas. Elvira Mínguez es la que más convence en un elenco en el que brillan todos, como madre absorbente y manipuladora. Por mucho que se conozca la historia, la película mantiene al espectador atento y se agradece la falta de partidismo. Mercader fue un asesino, un esbirro de Stalin, en una época para el olvido. En definitiva, un film dignísimo, fiel a la historia, que temo no tendrá reconocimiento en ese engendro postmoderno de los goya.