El irregular y a ratos genial Milos Forman es conocido por el gran público por ese increíble taquillazo que fue Amadeus, todo un acontecimiento planetario en mi adolescencia a la vez que un verdadero bodrio. Llegado a USA tras huir de la Checoslovaquia comunista, donde hizo esta cinta que nos ocupa, logró su obra maestra con "alguien voló sobre el nido del cuco", una cinta magistral basada en el best seller de Ken Kesey donde pone en entredicho a esos seres extraños y a menudo repulsivos que son los psiquiatras y sus brutales métodos para paliar el sufrimiento humano.
Los amores de una rubia es una cinta corta y modesta en sus pretensiones, que son sobre todo de tipo crítico y satírico, pues nos cuenta las dificultades de una chica en la Checoslovaquia de los sesenta para amar libremente, y esto en una época en la que en casi todo occidente los jóvenes estaban inmersos en una serie de revueltas entre la que destaca la lucha por la liberación sexual, que claro, tampoco llegó a la España del nacionalcatolicismo sino hace unos veinte años, un poco tarde, al menos para mí y la gente de mi edad o de más años.

Adula se toma la libertad de acudir a casa del chico con el que ha pasado una noche y la madre la recibe con cajas destempladas por aquello de qué van a decir los vecinos. Por otro lado, la gente tiene trabajo, casa, incluso fiestas y bailes y parecen felices, pese a ese clima opresivo mostrado con suavidad, sobre todo en la escena en la que la camarada profesora adoctrina a las chicas pidiéndoles que se centren en encontrar un buen marido. Puede ser una buena oportunidad para hacer un estudio comparativo con el cine español de la época, generalmente muy contestatario pero sometido a mayor censura que en los países del este, y sin duda, la juventud española de los sesenta, y eso lo sé por mis propios padres, estaba bastante más oprimida que la checa.
En los aspectos técnicos, sobria pero eficaz puesta en escena y un metraje corto. Un film correcto pero que no está entre lo mejor de la llamada nueva ola checoslovaca, que dio maravillas como Martillo para las brujas, el incinerador de cadáveres, trenes rigurosamente vigilados, la tienda de la calle mayor, etc....