Gracias por no mostrarme durante los primeros 20 minutos de la peli a un Peter Parker sin poderes recibiendo collejas y burlas hasta que se convierte en guay. Gracias por haberme ahorrado ver OTRA VEZ la puñetera picadura de araña y su consiguiente montaje de desarrollo de habilidades. Gracias por no alargar la película con la ya trillada historia de la muerte del tío Ben (casi tan cliché como la muerte de los Wayne). Gracias por no poner a la viejecita tía May en manos del malvado villano para ser rescatada en el último segundo. Gracias por no incluir más villanos de los que una película puede soportar. Gracias por dejar a Peter Parker ser un niño por fin, y no ponerlo directamente a trabajar en el Bugle, o casarle con MJ aún siendo cómicamente joven. Además de ser también un Spiderman principiante y con mucho que aprender como héroe. ¡Ah! Y muchas gracias por hacer una peli de Spiderman sin funerales ¡POR FIN!

A veces hacer una buena película consiste simplemente en crearla con el cuidado y cariño suficiente para no estropearla cayendo en los típicos errores, y en esta versión del trepamuros se han esquivado tantos obstáculos de forma exitosa que el resto les ha salido solo. El hombre araña es un personaje con una esencia y una personalidad tan fuertes que lo único que hay que hacer es evitar el ridículo, y con poco más sale una película fresca, divertida, ligera y emocionante (como deben ser la pelis de superhéroes). Así que gracias: lo he pasado genial.

7.5 / 10