Un filme que en su inicio promete más que lo que da. Comienza con una interesante reflexión política que es cortada bruscamente y constreñida a la contemplación admirativa de una postura puramente personal derivada presuntamente de esas reflexiones. La gran falla del filme se encuentra en la ambigüedad, si no en el escamoteo, de la conexión entre la teoría política de Paulina y su actuar frente a la agresión que sufre. Uno (es decir, yo) sale de la sala creyendo que del discurso político de la joven burguesa rebelde podría haberse deducido cualquier otra reacción ante el ataque de que es víctima. No pude por menos de acordarme, mientras veía la cinta, de la gran “Viridiana” y de la distancia que hay entre la coherencia y la solidez de Buñuel y la debilidad política de Mitre, Llinás y Borrás. A pesar de todo, recomiendo este filme por el debate que plantea, por la más que correcta realización de Mitre y sobre todo por las estupendas interpretaciones de Dolores Fonzi (muy buena) y de Óscar Martínez (soberbio, se sale de la pantalla, genial).