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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Maija Meier:
8
Drama España. Verano de 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. Mientras, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la ... [+]
15 de agosto de 2021
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Mientras dure la guerra, largometraje dirigido por Alejandro Amenábar (célebre director de Tesis, 1996; y Ágora, 2009) del año 2019, guionado por él mismo más Alejandro Hernández, es una obra histórica basada en el contexto político convulsionado de la guerra civil española en torno al famoso escritor castellano Miguel de Unamuno.

Esta obra audiovisual, filmada exquisitamente, se centra en los dilemas políticos del escritor, en torno a su edad y su tiempo, su familia y la guerra, la literatura racional y el irraciocinio franquista. La obra comienza espectacularmente y se desarrolla con una delicadeza excepcional.

Ideológicamente es pequeñoburguesa, pues en lugar de tomar partido por la causa revolucionaria, se centra en demostrarnos el absurdismo de la división ideológica en torno al ámbito fraternal y, en un principio, social (nótese la escena de los ciudadanos discutiendo al principio de la película). En este sentido la obra es en parte alienante porque le habla al espectador que habita la relativa paz capitalista, ignorando que en el seno de la lucha de clases éste deberá tomar partido por la clase obrera o la burguesía. Es decir, en lugar de sembrar la conciencia revolucionaria apela a un idealismo pacifista que no puede tener otro carácter que el aburguesamiento del neutralismo alienado, todo esto en el avance de las hordas fascistas del franquismo genocida.

Por otro lado, humaniza al dictador Franco. Esto se debe a la alienante pretención de humanizar acontecimientos cuya guerra los deshumaniza, en tanto la susodicha es la expresión de la agresividad reaccionaria del poder burgués en contra del justo levantamiento de los pueblos obreros pobres y oprimidos por el régimen monárquico cristiano.

A pesar de todo y dicho esto, es una buena pieza de arte. Por más espíritu conciliador, queda claro el intrínseco fanatismo talibán de las masas fascistas españolas adoctrinadas por la cultura cristiana apostólica y romana que, entre nos, el buen Nietzsche supo destruir.
Maija Meier
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