Electrizante y devastador descenso a los infiernos de la mente. La he visto varias veces y no dejo de sentir el corazón en un puño, el miedo en algunas escenas, la claustrofobia en casi todas y las ganas de que acabe pronto pero sin querer que acabe, todo este miedo psicológico que perturba al espectador como pocas veces.
El sencillo personaje de esta película, interpretado por Polanski a su manera, es decir, casi lineal pero una linealidad magistral, se ve envuelto en una serie de acontecimientos que no se sabe muy bien si los provoca su mente o su entorno o una conjunción de ambos.
Una película de ambientación agobiante y opresiva en la que nunca se ve el sol, tan solo se atisba, clara señal de que la mente del personaje es enfermiza y está desatada. La casa. Esa casa del terror con muebles de otra época que contrasta claramente con la casa de la chica o la de su amigo, mejor iluminadas, mucho más acogedoras y modernas. Él mismo contrasta enormemente con la casa ya que viste bien, de traje, es joven y la casa muy vieja...
Los vecinos: de esos hay en todos lados, en París y en mi ciudad, antes y ahora y no nos volvemos locos...
La dirección es, evidentemente, perfecta así como la fotografía, con esa ambientación opresiva y delirante y esas sombras que dan auténtico pánico.
DEBES VER ESTA PELÍCULA. Se merece un 10 rotundo.