Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sergio Berbel:
9
Aventuras. Drama Groenlandia, año 1908. Josephine Peary (Juliette Binoche), una mujer rica y culta, inicia una expedición al Polo Norte para reunirse con su marido, el explorador Robert Peary. Durante el viaje se encuentra con una humilde mujer esquimal, Allaka (Rinko Kikuchi). Pese a sus numerosas diferencias culturales y personales, ambas tendrán que unirse para poder sobrevivir a las duras condiciones climáticas de la tundra en el Ártico. (FILMAFFINITY) [+]
16 de septiembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Isabel Coixet es una de las más grandes directoras de nuestro tiempo, cuando sus propuestas resultan cautivadoras y también cuando terminan siendo un tanto epidérmicas. De su diestra mano nos han llegado películas capitales de nuestra época, como “Mi vida sin mí”, “La vida secreta de las palabras” o su versión cinematográfica de la obra de mi escritor de cabecera Philip Roth titulada “Elegy”. También es cierto que, cuando se deja llevar, se embarca en proyectos meramente alimenticios donde se desaprovecha a sí misma en medios tiempos que no conducen a demasiadas partes como la sobrevalorada “La librería” o “Aprendiendo a conducir”, ambas mucho más mediocres de lo que pudieren parecer a simple vista pero tocadas por el aliento de la Coixet, lo cual las redime finalmente.


“Nadie quiere la noche” es una gran película, incluso un film que crece enormemente en su revisión, como la historia de la amistad imposible pero terriblemente necesaria entre dos mujeres que sólo las condiciones más adversas del mundo, como son el invierno del Polo Norte y la espera infinita del ser amado, la hacen posible, eterna y profunda, cercana al auténtico amor.


Una apasionante historia de la época de los conquistadores del Polo Norte a principios del siglo XX, gentes con dinero y sin cabeza que arriesgaban su vida persiguiendo su sueño descubridor y colonizador, con la simple recompensa de poner la bandera y llevarse la gloria, para lo cual no dudaban en poner en tela de juicio su fortuna personal y su propia vida, además de arrasar la realidad familiar que les rodeaba en pos de esa quimera inalcanzable finalmente.


Y esos parajes perpetuamente nevados permiten a Isabel Coixet dar rienda suelta a su cinefilia y a la exquisitez que la caracteriza a la hora de crear imágenes que permanecen en la retina del espectador para siempre, alrededor de ventiscas de nieve y oscuros inviernos polares “cuando el sol se acuesta”, como lo describe Allaka. Para ello, cuenta con una dirección de fotografía prodigiosa de Jean-Claude Larrieu que nos embarca total y absolutamente en mitad de la noche polar con una precisión y exquisitez insuperable.


Pero, más allá de su belleza formal, que es mucha, se trata, por encima de todo, de una película de amistad entre dos mujeres de fuerte carácter, una espléndida y perfecta (como siempre) Juliette Binoche como la señora Peary y un personaje de mujer esquimal con un secreto inconfesable en su interior, Allaka, de esos que se perfilan en el alma del cinéfilo para guardar un pequeño rincón para siempre, soberbiamente interpretado por Rinko Kikuchi, encarnando la bondad y la generosidad posible tan sólo en unos pocos seres humanos.

Es cierto que se trata de una película que va de menos a más, que se demora en demasía sobre los aspectos aventureros antes de afrontar el drama de dos mujeres en un ambiente claustrofóbico pero, cuando comienza su ascensión, coge velocidad de crucero y te atrapa hasta el punto de hacerte olvidar el camino recorrido hasta llegar a su punto de destino.

Una película feminista que hace de las mujeres personajes activos que apuestan su vida al todo o nada, que se dirigen a sí mismas, de personalidad fuerte y deseos ingobernables. Y también una historia que pone el dedo en la llaga de los blancos colonizadores que no respetan a nada ni a nadie, y de los pobres aborígenes colonizados sin piedad por el opresor, para el que no cuentan ni tan siquiera muertos.

Tiene tantas lecturas, que hay que verla en diferentes claves unas cuantas veces, de ahí su genialidad, derrochada casi siempre por Isabel Coixet para suerte del espectador.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow