Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sergio Berbel:
10
Drama. Romance El joven terrateniente Jordan 'Bick' Benedict (Rock Hudson) llega a su inmenso rancho de Texas con su flamante esposa Leslie (Elizabeth Taylor), una rica y bella muchacha del Este. No tardan mucho en descubrir que pertenecen a mundos radicalmente opuestos y que los separa un abismo. Jett Rink (James Dean), un joven y arrogante empleado de los Benedict, tiene la suerte de encontrar petróleo en unas tierras que le ha dejado en su ... [+]
7 de diciembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
George Stevens, cineasta superdotado creador de una de las grandes películas de mi vida con “Un lugar en el sol”, sublimó el melodrama con “Gigante”, pero de camino hizo algunas otras cosas fundamentales para la historia del cine: una epopeya mítica que no deja de ser un crítica despiadada contra el capitalismo desde el corazón más salvaje del mismo (Texas), un grito necesario contra el racismo imperante en la sociedad norteamericana y permitir que James Dean, el más mítico de los actores jamás habidos, pudiera demostrar que su maestría podía desarrollarse fuera de los dos papeles de joven atormentado con los que ya se había encumbrado en lo más alto del estrellato de Hollywood a través de “Rebelde sin causa” de Nicholas Ray y “Al Este del Edén” de Elia Kazan. Todo eso y mucho más es “Gigante”, para mí, la semilla primigenia de lo que muchas décadas después sería la gran obra maestra del mejor director en activo del planeta, “Pozos de ambición” de Paul Thomas Anderson, con la que tiene múltiples conexiones.

La saga de la familia Benedict, a través de una espléndida “película río”, durante tres generaciones ocupa su metraje de más de tres horas que se hace corto. Una historia de tejanos dedicados a la ganadería extensiva en sus inabarcables latifundios que tendrán que adaptarse al empuje de los tiempos y del petróleo como el auténtico oro negro que todo lo puede.

Un extenso metraje que permite tratar todos los grandes temas del siglo XX con una naturalidad y valentía arrolladoras: los ranchos como latifundios donde se explota a sus trabajadores, la compra de caballos como especulación netamente capitalista, la tensión entre el norte y el sur de los USA cuyas heridas tras una guerra distaban mucho de estar cerradas, la explotación del proletariado campesino de origen latino, un terrible machismo incrustado en el ADN tejano, la prohibición social de la mezcla de razas, la II Guerra Mundial segando vidas y un racismo insoportable e irrespirable generalizado en una población que necesitaba a los migrantes para hacerse rica pero que los detestaba y expulsaba de sus lugares habituales. Ni más ni menos. Todo eso cabe en “Gigante”.

Pero sobre todo, a través el personaje excelsamente encarnado por James Dean como sólo él podía hacerlo, la destrucción del ser humano perpetrada por el capitalismo, que devora con sus fauces poderosas y asesinas cualquier forma de vida a su paso. Su auge y caída son puro símbolo de un sistema enfermo que destruye todo lo que toca.

Prodigiosa adaptación de la novela de Edna Ferber, George Stevens lo condensa TODO en sus 201 minutos con pulso clásico y unas interpretaciones de Elizabeth Taylor y Rock Hudson deslumbrantes, pero... claro, todo empalidece ante el festival interpretativo de ese tal James Dean que devora y convierte en icónico cada plano en el que aparece como sólo Él podría haberlo logrado.

Lo demás, es parte de la historia del cine, tanto la dirección de fotografía de William C. Mellor que se crece ante la inmensidad polvorienta de las grandes llanuras de Texas, como la épica partitura musical de Dimitri Tiomkin.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow